domingo, 28 de diciembre de 2014

REFLEXIÓN PERSONAL Eduardo Garrigós Ortega



Quería hacer mi reflexión a partir de la efectuada por Sandra Carranza Rodríguez sobre la alta tasa de paro juvenil, las pésimas condiciones de trabajo y la necesidad para muchos de tener que buscar empleo fuera de España
Leyendo estos comentarios que nos sirven de ejemplo en este tiempo de crisis, de hasta dónde llega el hastío por parte de los jóvenes, frente a la prolongada situación de paro y el futuro incierto que se vislumbra, no puedo dejar de pensar en lo injusta de esta situación y posibles soluciones, que no sean las de tener que buscar ingresos fuera de nuestro país.
Las sociedades las forman las personas, las dirigen nuestros políticos, los sindicatos han luchado por conseguir derechos sociales para los trabajadores, jornadas, salarios, protecciones sociales…, muchos de ellos han sido pisoteados, los sindicatos desprestigiados, los políticos entre los que han aparecido diversos casos de corrupción, se encuentran con las manos atadas por poderes económicos y “troikas” que les dictan las recetas para salir de la crisis en magnitudes macroeconómicas, importándoles bien poco lo que se está sufriendo en la mayoría de las familias, especialmente los más desfavorecidos, el empobrecimiento económico de la sociedad. Y recalco lo de empobrecimiento económico porque en otros aspectos creo ver signos positivos muy importantes dentro de nuestra sociedad: creíamos que nuestra juventud estaba dormida y acomodada, se podía conseguir trabajo poco cualificado con buena remuneración y ahora se ha puesto todo el mundo las pilas, la preparación es cada vez mayor a todos los niveles. No había ningún interés por la política y ahora los jóvenes están impulsando y reclamando cambios sociales, movimientos como el 15M hacen mover a la sociedad y despertar conciencias. La sensación de desengaño y corruptelas políticas, sensación de que no se van a producir cambios respecto al paro debe de cambiarse por parte de todos. Necesitamos ilusión y esperanza en que esta situación se puede cambiar. La participación activa, provocar cambios sociales y culturales que creen cohesión y den un impulso económico entre todos, sin esperar a que el poder político nos dé las soluciones. Necesitamos un clima de optimismo que lo impregne todo, que se revitalice la cadena de consumo, que las empresas sientan la “oportunidad” de ampliar sus recursos humanos y no lo contemplen como “coste” a reducir, que la sociedad empresarial avance en el sentido de valorar como activo a sus recursos humanos y lo motive adecuadamente y descubran que es la mejor manera de hacer progresar a las empresas. No podemos permitir que nuestros jóvenes valores, los mejor preparados, en los que tanto se ha invertido, se vayan fuera porque entonces si que estamos hipotecando el futuro.
Son necesarios cambios que deben partir de toda la sociedad; los bancos con sus créditos tan necesarios y los políticos cuelga medallas con sus medidas de empuje se apuntarán rápido cuando vean que se acabó el inmovilismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.