El concepto actual sostiene que el conflicto es inevitable en las organizaciones y hasta necesario, sin importar la actividad que realicen. Esta actitud ante el conflicto no implica que un exceso de situaciones conflictivas se considere como funcional para la organización: puede perjudicar a los individuos e impedir la obtención de los objetivos organizativos. Lo que postula que es el conflicto, tratado adecuadamente puede conducir a la búsqueda de mejores soluciones a los problemas.
Podemos decir que el conflicto puede ser positivo o negativo:
Es positivo por que su fin es incrementar los niveles de efectividad
dentro de la empresa, como resultado un incremento en la productividad y
desempeño laboral, desarrolla la inteligencia de negocios e inteligencia
emocional.
Es negativo o perjudicial porque es
una confrontación o interacción entre grupos que perjudica a la organización o
impide que ésta alcance sus objetivos
Pero, ¿siempre un conflicto tiene que ser perjudicial a la organización?
La palabra "conflicto" tiene connotaciones negativas
en el uso común, por lo que tendemos a pensar que el conflicto sólo puede ser
una desventaja en una organización. Esto no es necesariamente cierto. Los
conflictos de tareas, donde las personas están en desacuerdo sobre la esencia
de la discusión o en las directivas de una figura de autoridad, puede ser constructivo. Al escuchar las partes en conflicto, la gente dentro de la
organización puede pensar más detenidamente acerca de los problemas y tomar
mejores decisiones. Las personas en las organizaciones que están en desacuerdo
acerca de los procedimientos para lograr una meta pueden llegar a nuevos y
mejores procedimientos. O bien, después de la discusión, los miembros del grupo
pueden sentir que el objetivo en sí podría tener que ser modificado.
Por lo que no siempre es un
inconveniente que se produzcan conflictos dentro de una organización ya que
esto produce una mayor capacidad para mejorar los errores de la empresa y para
fomentar mas la negociación entre el personal de la organización. Podemos decir que el conflicto puede considerarse como un instrumento de innovación, de cambio en la empresa.
Yo también considero, al igual que la compañera, que el conflicto aún partiendo de una definición primordialmente negativa puede acarrear bastantes beneficios dentro de la organizaciones públicas. En cierta medida pienso que es necesario que exista necesidad de conflicto ya que así estimulamos el interés, la productividad e incluso la calidad de los servicios prestados. Por lo que concluyo que haciendo una buena gestión del conflicto este podría ser beneficioso para las organizaciones públicas y así favorecer a su correcto funcionamiento.
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