Reflexión
Personal de Rosalía Pena González
"LA
NEGOCIACIÓN MÁS LARGA Y DURA DE NUESTRA HISTORIA"
El
tema de la negociación siempre me ha atraído, creo que es muy importante en
todas y cada una de las facetas de la vida de un individuo. Al fin y al cabo a
lo largo de nuestra existencia no dejamos de negociar… Cuando somos hijos
negociamos con nuestros padres, negociamos con nuestros amigos, compañeros de
trabajo, jefes, pareja, etc, pero a pesar de lo importante que es, nadie nos
enseña las claves de la negociación. ¿Cómo debemos actuar ante un conflicto?
¿Qué prácticas resultan en cada caso? ¿Hasta dónde podemos llegar sin que se
rompa la cuerda? ¿Cómo valorar objetivamente qué es lo que podemos perder y qué
es lo que no?, etc. Sería muy
interesante, práctico y útil que tuviésemos algunas de estas claves porque nos
facilitaría mucho la vida.
Pero
tratando el tema desde la perspectiva de una organización y/o de un gobierno
esto ya se complica ya que las decisiones y los acuerdos que se adopten no
afectan sólo a uno mismo sino a todo un
conjunto.
Una
de las negociaciones más largas, duras y complejas de este país ha sido LA
NEGOCIACIÓN CON ETA.
A
pesar de que era un tema de máxima importancia político-social y de interés
general, el desconocimiento de los entresijos es notable, incluso hoy en día
que ya es un tema cerrado (o eso espero).
Todos
y cada uno de los gobiernos desde el de Felipe González, hasta el de Sr.
Zapatero pasando por el de José María Aznar iniciaron y mantuvieron
negociaciones con ETA, aunque no se reconociese e incluso se negasen públicamente.
En
la década de los años 80 los atentados eran cada vez más frecuentes, se
sucedían sin cesar. Pasaron del tiro en la nuca a guardias civiles, policías o
militares a atentar contra la población civil, bomba en Hipercor, casas
cuarteles donde vivían no sólo los cuerpos de seguridad del Estado sino también
sus familias. Comenzaron a tocar a los políticos. Los secuestros cada vez eran
más largos… Era incomprensible, la democracia en nuestro país ya estaba
consolidada, incluido el conato del 23
F; ya no tenían la disculpa de la
dictadura franquista. Fueron tiempos muy duros y recuerdo muy bien aquellas
impactantes imágenes de los informativos de las tres de la tarde.
En
aquel momento era impensable que un Gobierno democrático se sentase a negociar
con una banda armada. La presión social era fortísima, los partidos políticos
de la oposición no estaban por la labor, lo que dificultaba cualquier paso por
pequeño que fuese. Lla opinión pública tampoco quería que ETA se saliese con la
suya pero deseaba que aquel horror terminase de una vez. Algunos pensaban que intentar
negociar era someterse al chantaje de ETA, “o me das lo que quiero o sigo
matando”.
El
secretismo era máximo tanto que las reuniones se realizaban en el País Vasco
Francés, París, Argel… y cuando salía
algo a la luz era porque algún medio de comunicación conseguía información y se
atrevía a contarlo con la consiguiente negación por parte del Gobierno y el
aprovechamiento de los partidos de la oposición. Digo aprovechamiento porque
cuando éstos estuvieron en el poder también se sentaron a negociar. Sí, sí, incluso
el Sr. Mayor Oreja que se envalentonaba diciendo que JAMÁS negociaría con
asesinos.
La
verdad es que el Gobierno que consiguiese que ETA dejase de matar lograría un
éxito que sin duda alguna le llevaría a continuar en el poder, por no hablar
del reconocimiento a nivel internacional.
Los
dos vértices estaban realmente distanciados. Lograr acercamientos era muy
difícil dados los objetivos que tenía cada una de las partes. ETA tenía la
sartén por el mango y dentro de ella había la “facción dura” que no estaba
dispuesta a permitir que nadie “le soplase”. Para sentarse y comenzar a
dialogar los distintos Gobiernos siempre exigían que ETA abandonase las armas y
la banda terrorista exigía el acercamiento de los presos que estaban
dispersados por distintas cárceles de todo el país. También pedían la amnistía
de los que hubiesen perpetrado algún acto terrorista, el/los Gobierno/s no
podía acceder a esta petición, así que acercando posturas se permitió la
amnistía de aquellos que no hubiesen cometido delitos de sangre. Otro de los
puntos calientes era la independencia de Euskalerría del Estado Español y esto
era imposible bajo el marco constitucional actual sin contar que podría suponer
el comienzo del desmantelamiento del Estado.
Las
negociaciones se rompieron en distintas ocasiones y ETA volvía a matar. Fueron
tan insostenibles que llegamos al TERRORISMO DE ESTADO. Crearon el GAL
intentando jugar con sus mismas “armas” Se sufragaron los gastos de las
operaciones y los salarios de sus “sicarios” con fondos reservados del Estado,
permitiendo que se cometiesen delitos como el secuestro del Sr. Segundo Marey,
etc. Cuando la opinión pública tuvo conocimiento de esto le pasó una factura
importante y es que NO SIEMPRE “el fin justifica los medios” (Maquiavelo).
Aquello fue una aberración!!!!!
Otro
acontecimiento con gran repercusión fue la aprobación por parte del Congreso de
los Diputados de la Ley de Partidos, cuyo propósito era ilegalizar Batasuna (en
aquel momento), más tarde Euskal Herritarok, Bildu o a cualquier partido político que se crease para
utilizarlo como brazo político de la banda terrorista. Creo que esto hizo que
entendieran que sus pretensiones debían darse dentro de un marco legal.
Pero
cada vez que el Gobierno de turno volvía a intentar el diálogo era un paso
adelante aunque en aquel momento no se creyese así, hoy podemos afirmarlo.
Hubo
un acontecimiento histórico en Irlanda que actuó como un salvavidas para
nosotros y fue la disolución del IRA. Esto
arrojó un rayo de luz porque era un problema similar, con muchos puntos en
común. Decidieron, con bastante acierto, que Jerry Adams actuase como mediador.
El Sr. Adams era un antiguo miembro del IRA que conllevaba la capacidad de una
gran empatía a favor de ETA, además había conducido la negociación con el gobierno
británico con gran éxito.
No ha habido negociación más larga y dura que
esta, con sus vaivenes, sus tira y afloja, con gran presión política y social
pero hoy por hoy ETA ha dejado de asesinar y finalmente se ha conseguido que lleguemos
al convencimiento de que cualquier opción política (republicana,
independentista, federalista, autonomista, etc.) por muy descabelladas que sean
las ideas que se defiendan se encaucen a través del juego legal, democrático,
del dialogo y la negociación, en sus respectivos parlamentos que es donde se
deben debatir las cosas y sin la amenaza de la fuerza y del terror.
Debemos tener presente este pasaje de nuestra
historia y no olvidar que se ha conseguido gracias a una NEGOCIACIÓN que un día
creíamos imposible.
Quizá
si algunos dirigentes estuviesen dispuestos a ceder en alguna de sus posturas y
no cesar en el intento muchos de los problemas mundiales podrían solucionarse
dándonos la oportunidad de un mundo mejor.
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