miércoles, 19 de diciembre de 2012

Reflexion personal. La Formación en las AAPP

Inmaculada Domínguez Estepa

REFLEXION PERSONAL
CURSOS DE FORMACIÓN EN LA ADMINISTRACIONES PÚBLICA
Actualmente y tal como están diseñados los cursos  de Formación en las Administraciones Públicas tanto a nivel Estatal, Autonómico y sore todo Local, la cual personalmente conozco más en profundidad son cursos para conseguir puntos, en otras palabras rellenar el currículum.
Pienso que están totalmente dirigidos a ese tipo de motivos, bastante sobredimensionados y no dirigidos  hacia una verdadera formación del personal; he vivido experiencias de personal haciendo hasta dos y tres cursos  a la vez en Diputación y como algunos concedían el diploma con el 75% de la asistencia ni lo acababan y ya estaban en otro curso todo esto a cara de un ayuntamiento va sumando puntos y sobre todo si este Ayuntamiento es pequeño; más que formación parecía una competición sobre quien era capaz de hacer más cursos en menos tiempo.
Como se comprenderá en esta situación la calidad de la formación de los Empleados Públicos no importa mucho simplemente hay que impartir cursos y se imparten , si están bien en contenido y calidad es lo último que se tiene en cuenta; de hecho en la Administración local hay muchos empleados que tienen poca formación reglada pero llenan su Curriculum con una cantidad de cursos que acaban ocupando la mayoría de este cuando en realidad eso no significa que sepan de esa materia y a que la mayoría de las veces  simplemente se tenga un documento justificativo de que has hecho un curso, se transcribe al currículum y listo.
Por lo tanto pienso que sería un sistema a restructurar y se pudieran hacer cursos sí, pero con más sentido y obligando al que va a aprovecharlo, tendríamos un  personal mejor formado y además cosa muy importante en estos tiempos no se derrocharía tanto dinero público como estos  cursos cuestan entre formadores a los que se les paga un plus anque sean empleados de la misma administración, material etc..., siendo la formación parte muy importante ya que el que está al servicio del ciudadano tiene que saber cómo atenderlo y solucionarle sus problemas, dudas y quejas, teniendo que estar para ello bién preparado en el campo que le corresponde y se supones que estos cursos son con esa finalidad no a ir a echar un rato con otros compañeros.
Inmaculada Domínguez Estepa

3 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo contigo Inma en que la mayoría de la gente solo persigue, esto los puntos, pero por otro lado yo si he intentado siempre apuntarme a cursos que me aportaban algo para mi trabajo, aunque algunas veces era a posteriori, concretamente el programa JUPITER lo aprendí a base de "punetazos" y cuando me llego el curso a penas me aporto nada, incluso en la misma clase me dediqué a ayudar a compañeros que estaban muy perdidos, pero bueno simpre algo se aprende. Yo desde luego a partir de ahora solo me apunto a curso que me aporten.

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  2. Estoy de acuerdo con la compañera, ya que también conozco la existencia de esos cursos para recabar puntos para el currículum, y al igual que ella a nivel local; ayuntamientos, mancomunidades, etc. No creo que la existencia de estos cursos o la obligación de tenerlos para acceder al trabajo que te proponen, contenga una finalidad formativa para el empleado, mas bien pienso que es simplemente por rellenar currículum y acumular títulos que lo acrediten. Muchos de estos cursos son impartidos a distancia y en una semana o menos pueden estar concluidos. No considero que esta sea una buena forma y mucho menos que sea productiva para desarrollar el trabajo al que se pretende acceder.

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    1. Estoy totalmente de acuerdo con vosotras, los cursos son necesarios pero siempre que aporten conocimientos o supongan mejoras en las técnicas aplicadas en el trabajo.
      La formación o mejora de la misma no se puede medir como en la plaza: por kilos o por horas; si bien es cierto que en 10 minutos no vas a aprender mucho, también lo es que en cursos de 20, 40, o incluso 150 horas deberías formarte más en proporción al tiempo empleado, cosa que no siempre sucede.
      Recuerdo cuando me prepare las oposiciones para formar parte de la Administración de la Junta de Andalucía, y se tenía que tener el máximo de puntos en cursos y jornadas (que especificaba la normativa de la convocatoria de la oferta de empleo público de aquel año) si se quería tener una mínima oportunidad de conseguir plaza; claro está, si tenías tiempo trabajado en dicha administración era mucho más fácil, pero para todos aquellos que partíamos sólo con nuestros conocimientos adquiridos tras mucho esfuerzo, horas de estudio y sacrificio, no teníamos nada que hacer sin los mencionados cursos y jornadas. Pues bien, éstos al igual que los cursos para las promociones internas eran meros trámites que no aportaban nada en el aprendizaje y sí suponían un gasto económico para el opositor o el funcionario, según el caso.
      Valían más o menos según el organismo que los impartiera, no importando mucho lo que se estudiara (siempre y cuando estuviera dentro del temario) ni exigía un cierto nivel de control del aprendizaje realizado, no existían pruebas de comprobación o en todo caso se facilitaban junto a los temarios las preguntas y respuestas del “examen” y por supuesto se podían llevar el día de la prueba y consultar.
      En resumidas cuentas era prácticamente obligatorio invertir dinero en pagar los cursos (algunos de ellos eran realmente caros), un mínimo de tiempo en rellenar los cuestionarios, lo aprendido era en ciertos casos hasta erróneo pues no estaban actualizados y las normas cambian más rápidamente que los organizadores sus temarios. Pero todo ello no importaba mucho; la formación, o mejor dicho el tener muchas horas era imprescindible. Todo el mundo lo sabía, incluso los sindicatos hacían ofertas para quitarles la clientela a otros sindicatos de los que eran rivales, lo que a los opositores nos vino genial, pues por el precio de un curso o jornada de un determinado Sindicato conseguíamos con otros, dos cursos o incluso más, de casi el doble de horas.
      ¿Era éste el mejor sistema para evaluarnos y medir nuestros méritos y capacidades? ¿Cuál era el mérito, el de pagar los cursos, el de encontrarlos (que a veces era una odisea)? ¿El de pasar por el aro del sistema establecido por sindicatos y partidos para el acceso a la función pública que cuanto menos no era igual ni justo para todos?

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