domingo, 18 de octubre de 2015

EL BALANCE SOCIAL EN LA EMPRESA. CAPITAL HUMANO Y EL VALOR DEL EMPLEO

Publicación propuesta por Mario González González.

Son muchas las percepciones antagónicas entre empresa y empleo. Trabajador y empresario han venido alimentando una relación enfrentada entre rentabilidad y coste de personal. La industrialización y los avances tecnológicos ahondaron más, si cabe, esa brecha. Grandes figuras del pensamiento, filósofos, sociólogos, sindicalistas y economistas han promulgado doctrina con serios estudios sobre este fenómeno económico y social. 

Esto se hace evidente cada día cuando, por ejemplo, empresas cotizadas emiten un informe comunicando expectativas de reducción de personal. Siempre suele provocar un incremento en la cotización de sus acciones, aunque sea como parte de un plan, y siempre queda claro que estas decisiones ponderan a favor del capital.

 Pensamos que la situación actual ocurre  porque no está debidamente considerado el valor que tiene para la empresa y para el accionista el capital humano. Y por otro lado, porque el trabajador, conceptualmente percibe la empresa como algo ajeno y no considera su empleo como una inversión en la empresa. Pero los intereses son los mismos. Empresas sólidas y bien valoradas con grandes expectativas de futuro y empleados motivados como parte fundamental de su activo.

Además creemos que esta forma de consolidar empresa y empleo (personas) puede ser válida y sostenible incluso ante un futuro tecnológico con mayor reducción de mano de obra por aplicación de procesos automatizados. Creemos que hay una forma de innovación  que empujaría a la organización (empresa / accionistas / inversores/ empleados) al desarrollo de nuevas actividades que incrementen y mantengan el empleo, como parte de su capital, pues le otorga valor.

Para ver posibilidades reales de este pensamiento, hacemos un ejercicio de “contabilidad ficción”, partiendo de la base que las empresas, hoy por hoy, y en el pasado, son y han sido valoradas con arreglo a los datos que aparecen y publican en su balance y memoria. 

El balance es una fotografía con datos ordenados siguiendo una norma. La valoración de las empresas suele ser el resultado de incrementar los fondos propios con el “goodwill” o fondo de comercio. Fondos propios es el capital aportado por accionistas o socios, las reservas y beneficios no distribuidos. No se tiene en cuenta para esto el capital humano en forma separada de la capacidad de generar beneficios.
De tal forma, nosotros hacemos un ejercicio “ficción” para incorporar el valor de las personas al Balance Social, siguiendo cierta metodología.

Activo

Nuestra propuesta pasa por incorporar un nuevo activo que vamos a denominar, por ejemplo, “conocimiento”. Este activo de conocimiento sería el resultado de aplicar criterios justificados y razonables que miden el valor real de la plantilla de trabajadores. 

Para ello indicaremos en una definición de cada puesto, las características de la persona que lo ocupa midiendo el grado de calidad que aporta esa persona a la organización. La metodología de cuantificación debe estar científicamente justificada. 

Por ejemplo, una vez que hemos indicado cada puesto, calcularemos el valor medido en salario anual del sector o convenio, ponderando con los factores individuales de la persona que lo ocupa en la empresa; tipo de contrato, nivel de formación, universidad o centro de formación, calificaciones, estudios postgrado, Investigaciones, tiempo que lleva en la empresa, el dedicado al sector, cotizados, grado de consecución de objetivos, etc. 

El resultado de la suma de valores individuales del total de la plantilla, lo ajustamos aplicando factores de corrección según diversos objetivos sociales y de calidad aplicados por la empresa en su organización, como el grado de rotación de personal, conciliación familiar, planes de pensiones, horario, desplazamiento, igualdad, valoración 360 grados, encuesta satisfacción personal, formación interna, encuesta de calidad, equilibrio salarial, etc. Con el resultado de este ejercicio, tendríamos el valor cuantitativo del “conocimiento”. 

A mucha gente se le llena la boca diciendo que “el principal activo que tiene una empresa es su personal”. Nosotros pensamos pasar a que esto sea una realidad y que aparezca en nuestro “balance social”. 

Pasivo.

La contrapartida de pasivo para el equilibrio del balance es meridianamente clara, a esto le vamos a llamar “Capital Humano”.
En el resultado del valor económico de la empresa, este “Capital” convive con la aportación de los accionistas y socios, es parte integrante de los fondos propios de la empresa. Esto es la inversión en conocimiento y sabiduría que las personas hacen en su empresa para darle valor.

Pensemos en las ventajas de este ejercicio. El poder de este balance permite a la empresa incrementar su valor por la calidad de las personas. A los empleados le permite disponer de una “inversión” en su empresa, que ésta pierde cuando ese  empleado no está, y sólo puede mantener cuando empresa y empleados invierten en equilibrar de nuevo el valor, y esto solo se puede hacer con empleos de calidad, estables, con formación, compromiso y conciliación, entre otras muchas cosas. 
Empecemos nuestro balance social con el “Capital Humano”. 

AUTOR: José González Ruíz
FUENTES: http://www.ipf-consulting.es/?p=84  

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