Noticia propuesta por Victoria Eugenia Arias Moya.
Quién le iba a decir hace apenas unas semanas a Martin
Winterkorn que su brillante trayectoria al frente de Volkswagen
iba a sufrir un abrupto final como consecuencia del escándalo de las emisiones.
El del expresidente del gigante automovilístico alemán es un caso extremo, pero
ni mucho menos aislado. Y es que no hace falta protagonizar un engaño de
proporciones mundiales para que una carrera profesional se estanque o incluso
se vea seriamente comprometida.
Un cese
fulminante o una dimisión más o menos forzada como la de Winterkorn representan
el clímax de una crisis de la carrera profesional. Pero hasta llegar a ese
punto, lo normal es pasar antes por un proceso gradual y mucho más sutil. Los
expertos estiman que la motivación de un trabajador decrece en los proyectos
laborales de más de siete años. ¿Cómo reconocer que estamos entrando en una
fase de declive? Alberto Blanco, director general de Grupo Actual, recalca que
hay determinadas señales externas pueden alertarnos de ello como que “los jefes
dejan de pedirte opinión o no cuentan contigo para determinados proyectos”.
Pero antes
incluso de que sean los demás quienes te señalen el problema, el principal
síntoma de que algo no marcha como debería en nuestra carrera lo encontramos en
nosotros mismos, indica Fernando Botella, consejero delegado de Think & Action.
“Descubres que ya no es divertido ir a trabajar, que te aburres, y que el lunes
se ha convertido en el maldito lunes. Te pasas la semana pensando en cuándo
llegará el viernes y tu rendimiento cae en picado porque ya no eres eficaz.
Entonces se puede producir el ‘despido interior’: antes incluso de que tu
puesto de trabajo corra peligro, tú ya te has despedido mentalmente. Sigues
yendo a trabajar cada mañana, pero en realidad ya no estás”. ¿Cómo se llega
hasta esta situación? Fernando Botella resume las causas: “Pérdida de
habilidades, obsolescencia de conocimientos y una serie de factores externos
que hacen que tu actitud ante el trabajo sea distinta y te convierten en menos
valioso para tus empleadores”.
Si hay un
grupo de riesgo dentro de esta realidad, es el de los mayores de 45 años. “A
partir de cierta edad el mercado laboral te ve de otra manera. El peligro de
quedarse fuera aumenta cada día desde ese momento”, denuncia Jaume Gurt,
consejero delegado de Infojobs. Según un reciente estudio de este portal, el
93% de los mayores de 45 asegura tener evidencias de que hay discriminación por
edad en España. “Mi perfil era perfecto para el puesto, pero al final cogieron
a alguien más joven”, fue una queja que se repitió entre el 63% de los
encuestados. En esa misma línea, el director de Marketing de Lee Hecht Harrison
(Adecco) Aziz Zaghnane opina que las empresas quizá no ponen lo suficiente de
su parte para facilitar el encaje de empleados mayores. “La relación que
existía entre empresa y empleado se trunca a medida que se acerca la edad de
jubilación. Las políticas de retención de talento se suelen centrar más en las
personas jóvenes, que están dando una productividad diaria, mientras que
aquellos que probablemente la dieron hace años son menospreciados”.
¿Qué hacer?
¿Y qué puede hacer un profesional
ante semejante panorama? Para Fernando Botella la clave está en “mantener una
actitud abierta al cambio y al aprendizaje continuo”. Pedir ayuda, ya sea
externa, a través de la figura de un coach (entrenador) o un orientador de
carreras profesionales, o dentro de la propia empresa, puede ser también una
buena idea. “Habla con tu jefe y otras personas dentro de la organización,
comparte con ellos tus preocupaciones”, aconseja el consejero delegado de Think
& Action. “En España sigue habiendo muchos reparos a pedir ayuda porque se
piensa que mostrar cualquier signo de debilidad va a penalizarnos. Sin embargo,
la gente está mucho más dispuesta a ayudar de lo que nosotros creemos”, añade.
Pero, ¿y si no hay vuelta atrás?
Tal vez ha llegado para esa persona el momento de reinventarse. De enfrentarse
a lo que Alberto Blanco denomina “la segunda curva laboral”. “El profesional se
da cuenta de que está llegando al cénit de su carrera y tiene el pálpito de que
no crecerá mucho más por ese camino. Imprime entonces un giro radical a la
misma, que puede implicar dedicarse a algo completamente distinto”. El director
general de Grupo Actual advierte que es un salto que produce vértigo, porque
“normalmente supone empezar de nuevo, pero también la expectativa de techo es
muy alta, ya que hay una gran motivación detrás. Han cambiado las prioridades.
La persona deja de buscar el reconocimiento o el ‘éxito’ convencional. Lo que
le mueve ahora es su propia realización como profesional y la búsqueda de la
felicidad en el trabajo”.
Comentario hecho por: Pablo Cuello León
ResponderEliminarMuy buena noticia. En primer lugar con respecto a lo de VOLKSWAGEN lo menos que podía hacer o podían hacer era que el responsable dimitieran o le echaran por el fallo tan grave.
Y con respecto a lo de la desmotivación del trabajador eso es uno de los problemas que tiene que resolver el de recursos humanos. Y es verdad que la edad es un problema para el trabajador si no está a gusto con el trabajo es muy difícil que pueda cambiar de empresa porque hay muy pocas empresas que quieran contratar a gente con una edad superior a los 45 años, por eso los recursos humanos tienen que conseguir que sus trabajador estén contentos en la empresa.