En mi reflexión
personal quiero contaros una experiencia propia.
Hace casi diez
años, yo trabajaba en Málaga para una empresa de telecomunicaciones que llevaba
la atención al cliente de Digital Plus, Salud Responde, diferentes seguros de
hogar y salud… Era una empresa importante en el sector, y por su forma de trabajar, los empleados
estaban más que descontentos. Eran lo que en la calle diríamos, unos negreros.
Os resumo un
poco, pues el sueldo no estaba mal del todo, era un salario fijo, un pelín más
alto del mínimo interprofesional, y el horario de trabajo eran ocho horas, de
dos y media de la tarde a diez y media de la noche. Teniendo en cuenta que la
empresa se situaba en el Parque Tecnológico de Málaga, que está muy a las
afueras, yo tenía que salir de casa a la una y media del mediodía, y volvía
pasada las once, y en esta situación estábamos la mayoría de trabajadores. Es decir,
almorzábamos a la una del mediodía.
Todo esto
viene, porque en esta jornada de ocho horas teníamos un solo descanso de 20
minutos que se realizaba siempre y sin excepción a las seis de la tarde. A esa
hora, el ordenador que usábamos para trabajar, y con el cual se realizan
aleatoriamente las llamadas a clientes o futuros clientes, se pausaba, la
pantalla se ponía en negro y salía un reloj gigante con un cronometro que
contaba los veinte minutos.
Salíamos todos
los trabajadores como una manada de elefantes corriendo al baño,a merendar, y
por supuesto los fumadores a fumar. Pues bien ,habríamos más de quinientos
trabajadores, un baño con tres inodoros, dos microondas para calentar comida y
una sola máquina de refrescos (carísima, por cierto).
Conclusión: en esos veinte minutos, con
suerte, te daba tiempo a ir al baño, y a comerte un chicle, porque a nada más.
Así que un día,
el encargado de sector que teníamos, nos comentó a unos cuantos de compañeros
que se iba de jefe a una empresa nueva que estaba abriendo en España sucursales
y que también era de teleoperadores. Era una empresa sueca, se llama Pro-voice,
daban un salario fijo similar y además comisiones y encima el horario era mucho
mejor. Me ofreció irme con él a trabajar, así que como eran mejores condiciones
y estaba más cerca, me cambié de empresa.
Por aquel
entonces yo no sabía lo que significaba recursos humanos ni la gestión de los
mismos, pero sin duda ahora comprendo que esta empresa, si era experta en algo,
era en valorar a los recursos humanos que poseía.
El horario de
trabajo era flexible, pero exponencialmente, de una forma que aquí no estamos
acostumbrados. Cada trabajador tenía un objetivo de ventas que eran 10 a la
semana. Ibas cuatro horas al día, si te parecían pocas para conseguir el
objetivo ibas más. Sin embargo si el miércoles ya habías conseguido el
objetivo, podías tomarte jueves y viernes libre o bien seguir yendo para
acumular comisiones.
Los descansos
en el trabajo los podías hacer las veces que quisieras, el tiempo que
quisieras, los cafés, refrescos y galletas,
todo era gratis, y por si fuera poco, el trabajador que más ventas hiciera cada
mes tenía un regalo por parte de la empresa: un día de spa, una noche de hotel,
una tarjeta regalo del corte ingles…
Motivaban tanto
a los trabajadores que todos estaban encantados.
Realmente esto
me parece una gestión impecable de los recursos humanos, para ellos éramos un
activo muy importante.
Todo cabe decir
que también había unas exigencias por parte de la empresa: las ventas mínimas
eran indispensables para continuar en la empresa. Si durante un mes no
alcanzabas las ventas, te echaban de la empresa, pero sinceramente es algo lógico.
Sólo espero que
os haya servido mi experiencia de una buena y mala gestión de los recursos
humanos, sin duda, mi rendimiento era mejor cuanto mejor me encontraba en el
lugar de trabajo.
Comentario Pablo Cuello León
ResponderEliminarMuy buena noticia yo se otro ejemplo de gestión de los recursos humanos:
Mi tío trabajaba para las bodegas barbadillo de director de producción y cuando se quedó una plaza de rango superior libre se presentó y también se presento es de rrhh y eligieron al de recursos humanos entonces el de rrhh presento un informe en el que se mostraba que la empresa no tenía los beneficios buenos y decidieron que echaran a mi tío que se estaba involucrado bastante en la empresa organizando visitas a las bodegas etc. Otras cosas que no estaban dentro de sus competencias pero que beneficiaban a la empresa. Eso es en mi opinión un ejemplo de mala gestión de los recursos humanos.
Comentario de Ana Isabel Carretero Olmo
ResponderEliminarcCaro, de mala gestión de recursos humanos y también de envidias entre compañeros, que también se da mucho, eso ocurre porque no están involucrados en la mejoría de la empresa realmente, sino mas bien en su propio bienestar individual, así es imposible que funcione bien la empresa, desde mi punto de vista.