Noticia propuesta por: Emma Álvarez Ángel
Las
características del nuevo perfil del directivo del siglo XXI
En una sociedad justa y
equilibrada, cada parte tiene que realizar una función, asumir un deber y
cumplir una responsabilidad. Todos somos conscientes de que el mundo en general
y el entorno empresarial en particular están cambiando a un ritmo trepidante y
que estos cambios hacen necesario que el perfil del directivo incorpore nuevas
características propias del siglo XXI.
Hay cinco megatendencias
que están dando forma a este nuevo perfil: la globalización, las nuevas
tecnologías, el cambio acelerado, la responsabilidad social corporativa y el
objetivo a largo plazo, y cada una de ellas lleva asociada una serie de
características que deberán adoptar los directivos del futuro.
El mundo es cada día más
pequeño gracias a los medios de transporte y las nuevas tecnologías de la
comunicación (email, redes sociales, videoconferencia, smartphone,?). Este
cambio, que también afecta al entorno empresarial, hace que el perfil del
directivo del siglo XXI tenga que incluir una visión global, tanto de
diferentes países como de diferentes culturas, una necesidad de dominar
diferentes idiomas, una actitud de respeto hacia otras culturas, acompañada de
un sano afán en conocerlas, y una capacidad de adaptación de la estrategia
empresarial a cada entorno.
Nuevas tecnologías
La evolución permanente
de las nuevas tecnologías también condiciona el perfil del nuevo directivo que
necesariamente tendrá que ser usuario habitual de las TICs (PC, tablet,
smartphone...) y sus aplicaciones y tener curiosidad sobre las novedades
tecnológicas para intuir posibles impactos en las estrategias de negocio. Pero
hay que ir un paso más allá. Saber hablar uno o varios leguajes de programación
será tan importante en el futuro como dominar varios idiomas.
El nuevo directivo debe
entender las nuevas exigencias derivadas de un entorno mundial y empresarial
caracterizado por el cambio acelerado, lo que conllevará una necesidad de ser
capaz de analizar los cambios y tendencias, aprender a tomar decisiones en
entornos de incertidumbre y mantener una constante curiosidad por el cambio,
acompañado de un afán por estar al día a través de debates y cursos de
formación.
Para finalizar, una
característica que no es nueva, pero sobre la que se construyen todas las
anteriores. Esta no es otra que la honestidad. Honestidad entendida como
respeto a todas las personas, sean clientes, empleados, proveedores,
accionistas o simples ciudadanos. Esa idea de honestidad engarza con lo que, en
la gestión empresarial moderna, llamamos 'responsabilidad social corporativa'.
El objetivo último del directivo no es solo retribuir al accionista, sino que
tiene que respetar y tener en cuenta los legítimos intereses de los
'stakeholders' (empleados, proveedores, clientes?)
En buen gobierno
corporativo los sajones han acuñado la expresión 'break the short term', es
decir, la gestión no puede estar basada exclusivamente en el corto plazo,
mirando solo al siguiente resultado trimestral, sino que ha de ser sostenible,
coherente y permitir alcanzar objetivos a medio y largo plazo.
Juan Elorduy, profesor
del Máster en Dirección de Entidades Financieras del IEB
21/10/2015
Noticia
originalmente publicada en:
http://ecoaula.eleconomista.es/master-posgrados/noticias/7087146/10/15/El-nuevo-perfil-del-directivo-del-siglo-XXI.html
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