domingo, 18 de octubre de 2015

La mala gestión de recursos humanos en tiempo de crisis: Reflexión personal de Melania Gómez Moreno.



Antes de comenzar me gustaría contextualizar mi reflexión personal dentro del tema de este cuaderno de bitácora. En todo momento en la reflexión dejaré en anonimato la empresa a la que me refiero, ya que esto es un sitio público y mi función solo va a ser de análisis de la situación en base a los conocimientos de la asignatura.

Me baso para describirlo en una mala gestión de recursos humanos en dicha empresa, cuando estaba gravemente tocada por la crisis económica. Pasa de ser una empresa reconocida nacionalmente a ocupar los periódicos con la movilización de su plantilla por la falta de pago de sus nóminas.

Cuando la empresa se encuentra en uno de los peores momentos de su historia y con el anuncio aun no confirmado de su entrada en un ERE, deciden contratar a un famoso abogado y economista, conocido por ser un gran “reestructurador” de empresas en crisis financieras.

Es en este momento donde los objetivos de los recursos humanos desaparecen de la gestión. Los directores de línea dejaron de reconocer el valor de los trabajadores y dejaron la responsabilidad de su gestión, tal vez porque estarían más preocupados de salvar su situación. No existía el compromiso para hacer que su plantilla se encontrase satisfecha y mejorar su productividad y adaptabilidad. Aunque el problema que se comentaba entre su plantilla, como si de un secreto a voces se tratara, era la existencia de más de un despilfarre dentro de las plantas más altas de la organización, como el uso privativo que se hacía de coches de alta gama, propiedad de la empresa.

A pesar de la capacidad de los trabajadores para adaptarse a los cambios organizativos y saber dar respuestas a los cambios, para la empresa el problema no era el número de empleados, sino la falta de facultades para gestionarlos.

El objetivo de la calidad era el que más brillaba por su ausencia. La calidad del departamento de recursos humanos y las políticas que utilizaban eran nulas. La calidad en el rendimiento del trabajo de su plantilla no se daba, tal vez porque tampoco tenían los medios necesarios para lograrlos, y la imagen pública que estaban mostrando daba a entender la decadencia que estaba sufriendo.

A pesar de la lucha de los empleados por sus derechos, por sus retribuciones y unas condiciones dignas de trabajo, ante las pocas expectativas que recibían por parte de la empresa y la situación en la que quedarían tras la reincorporación al trabajo, muchos de ellos se fueron, incluso recibiendo menos de lo que les pertenecía.

Las empresas ven la reducción del personal como el medio más rápido para deshacerse de una situación mala económicamente, pero creo personalmente que los recortes puedes producirse en otras materias de la misma y no en la plantilla. Es más, creo que la inversión en un personal formado y motivado puede ser dos grandes herramientas que todo departamento de recursos humanos debería de llevar a cabo, ya que son la base sobre la que se sustenta en gran medida el resto de la organización.

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