Antes de
comenzar me gustaría contextualizar mi reflexión personal dentro del tema de
este cuaderno de bitácora. En todo momento en la reflexión dejaré en anonimato
la empresa a la que me refiero, ya que esto es un sitio público y mi función
solo va a ser de análisis de la situación en base a los conocimientos de la
asignatura.
Me baso para
describirlo en una mala gestión de recursos humanos en dicha empresa, cuando
estaba gravemente tocada por la crisis económica. Pasa de ser una empresa
reconocida nacionalmente a ocupar los periódicos con la movilización de su
plantilla por la falta de pago de sus nóminas.
Cuando la
empresa se encuentra en uno de los peores momentos de su historia y con el anuncio
aun no confirmado de su entrada en un ERE, deciden contratar a un famoso
abogado y economista, conocido por ser un gran “reestructurador” de empresas en
crisis financieras.
Es en este
momento donde los objetivos de los recursos humanos desaparecen de la gestión.
Los directores de línea dejaron de reconocer el valor de los trabajadores y
dejaron la responsabilidad de su gestión, tal vez porque estarían más preocupados
de salvar su situación. No existía el compromiso para hacer que su plantilla se
encontrase satisfecha y mejorar su productividad y adaptabilidad. Aunque el
problema que se comentaba entre su plantilla, como si de un secreto a voces se
tratara, era la existencia de más de un despilfarre dentro de las plantas más
altas de la organización, como el uso privativo que se hacía de coches de alta
gama, propiedad de la empresa.
A pesar de
la capacidad de los trabajadores para adaptarse a los cambios organizativos y
saber dar respuestas a los cambios, para la empresa el problema no era el
número de empleados, sino la falta de facultades para gestionarlos.
El objetivo
de la calidad era el que más brillaba por su ausencia. La calidad del
departamento de recursos humanos y las políticas que utilizaban eran nulas. La
calidad en el rendimiento del trabajo de su plantilla no se daba, tal vez
porque tampoco tenían los medios necesarios para lograrlos, y la imagen pública
que estaban mostrando daba a entender la decadencia que estaba sufriendo.
A pesar de
la lucha de los empleados por sus derechos, por sus retribuciones y unas condiciones
dignas de trabajo, ante las pocas expectativas que recibían por parte de la
empresa y la situación en la que quedarían tras la reincorporación al trabajo,
muchos de ellos se fueron, incluso recibiendo menos de lo que les pertenecía.
Las empresas
ven la reducción del personal como el medio más rápido para deshacerse de una
situación mala económicamente, pero creo personalmente que los recortes puedes
producirse en otras materias de la misma y no en la plantilla. Es más, creo que
la inversión en un personal formado y motivado puede ser dos grandes
herramientas que todo departamento de recursos humanos debería de llevar a
cabo, ya que son la base sobre la que se sustenta en gran medida el resto de la
organización.
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