lunes, 2 de noviembre de 2015

La aplicación práctica de la ética en el ámbito público



Reflexión personal de Emma Álvarez Ángel

La aplicación práctica de la ética en el ámbito público

En el año 2015 y con las situaciones acontecidas hasta hoy me parecía muy interesante y necesario indagar en este tema. 

La ética pública es la ética aplicada a los servidores públicos, entendiendo por éstos aquéllas personas que ocupan un cargo público ya sea por elección, oposición u otro medio, y que tienen una responsabilidad ante el Estado. No se refiere exclusivamente a la conducta de los funcionarios y empleados públicos, sino que va más allá, y comprende también a los mismos gobernantes, es decir a los políticos.
La ética pública ha de incluir los principios y normas que han de ser aplicados y tomados en consideración en la conducta de aquellos individuos que desempeñan una función pública.
La ética pública se orienta a tratar de hacer que las personas que ocupan un cargo público lo hagan con diligencia y honestidad, conciencia, la madurez de juicio, la responsabilidad y el sentido del deber.
La ausencia de la ética es la corrupción.
La corrupción tiene origen en los fallos del sistema administrativo, legislación de baja calidad, incapaces de aplicar la ley y que no ofrecen mecanismos de control.

Que las personas fallemos y que hayan sido elegidas para ocupar cargos con tal responsabilidad y no cumplan con los principios esenciales cabe dentro de lo posible. El problema está en que el sistema judicial no da respuesta inmediata y no pone fin a tal situación. 

Una de las raíces más importante del problema es que no hay una separación entre el poder ejecutivo y el judicial, además del cultural.
Necesitamos penas ejemplarizantes, exclusivas y separación inmediata de los cargos públicos para poner fin a esta situación. 

No existe miedo a cometer estos delitos. Los ciudadanos necesitamos recuperar la confianza tanto en el ámbito político como judicial. 

Es significativo que el mayor número de implicados en la corrupción sean políticos y no el resto de funcionarios.

Es cierto que los ciudadanos tenemos un poder brutal para dar algo de luz a estas situaciones embarazosas, pero solo podemos ejercerlo cada cuatro años. Mientras tanto esta trama queda impune un año tras otro. Los casos de corrupción en España ya son escandalosos, desde presidentes, ministros, consejeros hasta la propia corona, desde el escalón más alto de la democracia hasta el más bajo. 

Todo esto es consecuencia de la falta de cultura democrática. Los cargos públicos tienen que estar al servicio de los ciudadanos, no ostentan un puesto privilegiado ni la sociedad los puede ver como enemigos o superiores. 

La sociedad en su conjunto tiene que cambiar sus valores y castigar la corrupción con mucha más contundencia. Si conocemos los delitos de que se les acusa no podemos premiarlos con nuevas victorias. Es llamativo que en Andalucía, nuestra comunidad autónoma, los dos expresidentes estén imputados.

No es de recibo que los casos se dilaten en el tiempo, ni tampoco que se disminuya el tiempo de prescripción. Los responsables tienen que cumplir con las penas que se merecen y no quedar impunes.
En cualquier país democrático los casos de corrupción como el de Bárcenas, la trama Púnica o la Gürtel hubieran tenido como consecuencia una dimisión en bloque de todo el gobierno y convocatoria inmediata de elecciones. Sin embargo, aquí se van todos de rositas y los juicios se alargan en el tiempo.

Somos un país donde la corrupción está asentada y se contempla como algo normal.

3 comentarios:

  1. Buenas tardes Emma, soy Estefanía Portillo, te comento en tu reflexión porque me ha parecido muy interesante y además estoy de acuerdo con todo lo que comentas en ella, pero además querría añadir, que como tu bien dices, esta sociedad está falta de conocimiento sobre estos temas, no solo porque no nos lo ofrecen, sino que parte de nuestra población prefiere hacer oídos sordos a esta situación.
    Creo que una buena solución a estos problemas de corrupción es prevenir desde la raíz, es decir, inculcar estos valores desde la formación primaria del individuo, desde que entramos en el colegio.
    Ya que como ya sabemos, es fácil aprender algo si desde pequeños estamos observando, o si desde siempre nos han inculcado esos valores.
    El problema está también, es en que la gente observa que la corrupción esta muy "mal" castigada, por tanto, prefieren arriesgarse y probar, total, ellos pensarán que al fin y al cabo, no les pasará gran cosa.
    Esto es una situación bastante grave a nivel interno de nuestro y de todos los países, no es sano convivir en una sociedad podrida y corrupta. Es muy fácil escribir libros sobre la práctica sobre la ética en el Servicio Público, pero lo que es realmente necesario es hacer mas leyes sobre la aplicación de estos preceptos, y una aplicación correcta, y sobre todo unas medidas judiciales severas.
    Muchas gracias por tu aportación Emma, espero que tu también estés de acuerdo conmigo.

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  2. Buenas tardes Emma, soy Estefanía Portillo, te comento en tu reflexión porque me ha parecido muy interesante y además estoy de acuerdo con todo lo que comentas en ella, pero además querría añadir, que como tu bien dices, esta sociedad está falta de conocimiento sobre estos temas, no solo porque no nos lo ofrecen, sino que parte de nuestra población prefiere hacer oídos sordos a esta situación.
    Creo que una buena solución a estos problemas de corrupción es prevenir desde la raíz, es decir, inculcar estos valores desde la formación primaria del individuo, desde que entramos en el colegio.
    Ya que como ya sabemos, es fácil aprender algo si desde pequeños estamos observando, o si desde siempre nos han inculcado esos valores.
    El problema está también, es en que la gente observa que la corrupción esta muy "mal" castigada, por tanto, prefieren arriesgarse y probar, total, ellos pensarán que al fin y al cabo, no les pasará gran cosa.
    Esto es una situación bastante grave a nivel interno de nuestro y de todos los países, no es sano convivir en una sociedad podrida y corrupta. Es muy fácil escribir libros sobre la práctica sobre la ética en el Servicio Público, pero lo que es realmente necesario es hacer mas leyes sobre la aplicación de estos preceptos, y una aplicación correcta, y sobre todo unas medidas judiciales severas.
    Muchas gracias por tu aportación Emma, espero que tu también estés de acuerdo conmigo.

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  3. Comentario realizado por Javier Fernández Castro
    Buenas tardes. Estoy totalmente de acuerdo contigo Emma. Es lamentable que en España, el nivel de confianza en la función pública esté por los suelos. Cada día nos despertamos y al poner el telediario, sea cual sea, sale un nuevo escándalo de corrupción que nos hace desconfiar más. Me ha parecido acertada tu reflexión sobre el poder judicial y el poder ejecutivo y su nula separación. Yo creo también que, hasta que no se separen realmente, los casos de corrupción seguirán aumentando. Es difícil poder creer que, por ejemplo, el Consejo General del Poder Judicial cuente con 8 miembros elegidos por las cámaras, 4 a raíz del senado y otros 4 a raíz del congreso. Otro ejemplo es el Tribunal Constitucional con 4 a propuesta del senado, 4 a propuesta del congreso y 2 a propuesta del Gobierno, entre otros. Aquí cada miembro del órgano judicial trata de defender a los miembros de su ideología, realmente se podría decir que al que le ha colocado en ese lugar. Hoy al ver el telediario vi una información que recogía que ocho jueces ya dieron pistas del dinero escondido en Andorra en 1986 de Pujol, por citar al caso más reciente. ¿Cómo se podría explicar qué no se siguiera investigando o no saliera adelante el tema? Quizás lo que tendríamos que hacer es concienciarnos de que la ética en la función pública no depende de que ideología o partido gobierne o haga actos deplorables, que cada partido se mire a sí mismo y se limpie antes que esconder a los políticos corrompidos en el senado.

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