Teorías X e Y de McGregor

Reflexión personal de Victoria Eugenia Arias Moya.

Mi reflexión está centrada en las Teorías X e Y de McGregor, que es una de las teorías de contenido y a su vez dos teorías opuestas.

Empecemos con la teoría “X”. Las empresas y más concretamente la dirección de las empresas debe dirigir al personal, estimularlo, recompensarlo e incluso castigarlo cuando sea preciso.

El ser humano en sí tiende a trabajar lo menos posible y siempre que pueda a evitarlo, no se interesan por la organización y van a su propio interés, no les gustan los cambios y no quieren responsabilidades  entre otras muchas cosas. Debido a esta inclinación del ser humano a evitar el trabajo la mayor parte de las personas tienen que ser obligadas a trabajar por la fuerza, a ser controladas, dirigidas y amenazadas con castigos para que estas se desenvuelvan con el esfuerzo apropiado a los objetivos que tienen que realizar en la organización. Por lo tanto, el ser humano prefiere que lo dirijan.

 

En cuanto a la teoría “Y”, la dirección de la empresa tiene la misión de implantar condiciones de trabajo que permitan al personal alcanzar sus objetivos personales pero que con sus mismos esfuerzos también se alcancen los objetivos de la organización.

 A diferencia de la otra teoría, en esta, el ser humano no le desagrada trabajar, por lo que  tanto el esfuerzo físico como el mental es tan natural como el ocio o el descanso. También tiene responsabilidades, capacidad creadora y de imaginación para resolver problemas de la organización, se compromete a la realización de tareas por las compensaciones asociadas a su resultado y por último, el ser humano debe dirigirse y controlarse a sí mismo a fin de conseguir los objetivos a los que se ha comprometido.

 

 

 

 

Desde mi punto de vista, ambas teorías son aplicables en diferentes ámbitos de la vida y no solo en el mundo laboral. Si un directivo aplica la teoría “X”, tendrá subordinados de la teoría “X”, por el contrario, un directivo que aplica la teoría “Y”, tendrá subordinados de la teoría “Y”.

Con asiduidad todo somos “X” para unas personas o ciertas circunstancias y somos “Y” para otras. Esto nos lleva a que a todos nos cuesta cambiar de actitud y de opinión.