En estos años de crisis, se hace mucha demagogia fácil con el tema de la productividad del trabajo de los funcionarios, jaleando a las masas contra ellos como si fueran los causantes del Watergate o de la guerra de las Malvinas.
Este colectivo, estamos de acuerdo, necesita de una reforma de sus métodos de recompensa y del control de sus tareas, de hecho está dotado de un complemento de productividad que se ha convertido en un mero instrumento al servicio de los más serviles a su jefe.
Se trata de una aportación económica de poca cuantía que es recibida por los funcionarios de forma cuatrimestral, pero que lejos de resultar un estímulo para el mejor rendimiento de los empleados sólo sirve para crear malestar y disputas, además de para mostrar las más rastreras aspiraciones de algunos, que por un puñado de dólares, como diría Sergio Leone, se dejan pisotear por los cargos intermedios y firman cosas que de otra forma no firmarían.
la incentivacion en el sector publico para que sea efectiva, inicialmente debe ser real. como ha expuesto Jose Luis, es mas un mecanismo de presion que un incentivo. esto parte de que los puestos de la cuspide de la funcion publica estan ocupados por por politicos a dedo. Veo una escena muy desalentadora que quien te manda sepa menos que tu, o siendo mas correctos, que haya un lider con el poder otorgado por sistema. algo que hay que modificar sin duda
ResponderEliminar