lunes, 7 de enero de 2013

La importancia de la formación en el trabajo.

Reflexión personal por Paula Martín


  A excepción de las empresas multinacionales o las grandes nacionales, en España hay muchas empresas que no dan formación a su personal. En otros casos se considera como un lujo que solo pueden permitirse cuando los negocios van bien, pero por supuesto se suprime cuando las cosas no van tan bien.
   Desde el punto de vista económico, no aplicar una buena formación puede ocasionar costes como baja productividad, baja calidad, mala atención al cliente, etc. Aunque son todavía más caros los costes sociales que implicaría; absentismo, impuntualidad, abandono del puesto de trabajo, accidentes e incluso muertes. Los programas de formación impartidos por una empresa son quizás unas de sus más sanas inversiones. Un personal bien formado que actualiza sus conocimientos con técnicas nuevas en su trabajo tendrá mucha más posibilidades de superar los problemas en la empresa ante otras que desconozcan el terreno en el que se mueven. No es solo por la economía de la empresa, sino también para desarrollar la aptitud de los empleados. El individuo se siente más seguro de sí mismo, sabe que podrá enfrentarse con éxito a los problemas  profesionales que puedan plantearse. La formación posibilita el acceso a mayores y mejores habilidades, diversificando y actualizándolas.
  Los que dirigen la empresa deben ser los primeros convencidos en las ventajas que esto conlleva y saber que será una inversión a corto e incluso largo plazo.

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