miércoles, 9 de enero de 2013

Reflexión de: Enrique Ruiz Galán



REFLEXIÓN

Enrique Ruiz Galán

Si bien el salario es la piedra angular del sistema retributivo lo es también de todo el mercado de trabajo. Es una realidad que el salario es el motivo principal por el que aceptamos o  rechazamos un trabajo que puede adecuarse a nuestra formación. Pienso que no todo puede ir bien cuando un individuo acepta únicamente un trabajo por su retribución, y más aún si esta no es muy alta. Hablo del factor motivante que el salario tiene sobre nosotros. En el momento en que la única motivación para desempeñar un trabajo es la cantidad en euros que se va a  recibir a final de mes por el mismo, pienso que el trabajo que se realiza no será óptimo. Las energías, ganas, ambiciones y pretensiones cambian entre una persona que disfruta de su trabajo a otra que trabaja solo por el salario. Esto es muy notable en trabajos que consisten en el servicio al público. ¿Cuántas ventanillas están atendidas por trabajadores sin vocación? Estas personas, en el momento de firmar el contrato, el desempeño de la función que realizarían en su puesto de trabajo quedaron eclipsadas por la idea de retribución, siendo su mayor motivación.

Pero en los tiempos que corren, el simple hecho de tener un salario es motivo suficiente para aceptar un trabajo. Este es el punto desencadenante de abusos por parte de empresarios que ven en la crisis económica que atravesamos una buena oportunidad para  bajar los mismos, ya que cualquier individuo necesitado por su precaria situación económica lo aceptará, y a saber en qué condiciones.

Lo mismo pasa con la disminución de horas dadas de alta en la Seguridad Social por parte de los empresarios a sus empleados. Trabajando 8 horas al día pero por ejemplo solo una de ellas contará como servicio prestado a efectos de cotización. Todo esto junto al incumplimiento de los salarios mínimos o  incluso de la mera existencia de un contrato de trabajo hacen de la economía española un fuerte para aquellos que quieran hacer crecer su negocio a base de irregularidades.

A modo de conclusión, sabiendo todo esto es lógico preguntarse por qué España no ha convocado plazas de inspectores de trabajo y de hacienda, como por ejemplo se ha hecho en Francia. Si sabemos el problema, ¿Por qué no queremos solucionarlo? ¿Se vive mejor en la ignorancia? o ¿esa  ignorancia paga las letras de casas y coches con color político?


1 comentario:

  1. Coincido contigo en eso de que hoy en día es un logro llegar a tener un salario, pero que sea sin abusos, ya que si se contrata a alguien lo conveniente sería que se le retribuyera con respecto a los servicios que presta y no sólo por llenar un hueco más en la empresa.

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