El pilar sobre el que se asienta todo sistema político
democrático es la legitimidad, que se nutre cuando el Gobierno trata de
solucionar los grandes problemas nacionales de forma honesta y objetiva
(Falconi), o de otra manera, la Administración debe gestionar los intereses generales
de sus ciudadanos para conseguir un bien común (art. 103 CE).
La ausencia de esa ética da lugar a la corrupción. La
existencia de leyes y órganos de control obligan a la fiscalización de la
Administración Pública y regulan la responsabilidad de los funcionarios
públicos y los derechos de los ciudadanos para informarse, son mecanismos
necesarios, pero no suficientes para combatirla.
Actualmente en nuestro país todos somos conscientes de las situaciones irregulares que tienen
relación con el manejo arbitrario de fondos públicos. En ésta situación cabe
preguntarse que esos funcionarios o personas dedicadas a la Administración cómo
son capaces de cometer dichas infracciones, si deberían ser ante todo modelos a
seguir ya que dedican su vida profesional a la consecución de un bien común, es
decir a favorecer ante todo a los ciudadanos, no a todo lo contrario.
A nivel político, también podemos encontrar ésta “moda” de
corrupción, ya no sólo encontramos casos de manejo arbitrario de fondos
públicos, sino también otros tipos de corrupción, como son la urbanística, cohecho,
prevaricación,… Y lo que más me llama la atención, es que los causantes de esos
delitos siguen estando en las listas de las elecciones, siguen con su vida
política, siguen representando a una sociedad de la que la mayoría de sus
ciudadanos no creen que los representen. En relación con esto, podemos añadir
algunos ejemplos como son las últimas manifestaciones en contra del Gobierno,
opino que esas manifestaciones van más allá de quejarse contra el actual
Gobierno, sino que entiendo que en general, la ciudadanía española está cansada
de estos comportamientos y lo demuestra de la única manera que tiene,
manifestándose, lo único que quieren es que
haya cambios, que se creen nuevas leyes si es necesario, con la única intención
de que se castigue esas acciones corruptas, en resumen, que todo sea más justo.
En efecto como dices la corrupción tiene efectos muy negativos ya que sobre la política se reduce la confianza ciudadana en sus gobernantes, la credibilidad de los políticos se ve afectada. Los que gobiernan son elegidos por la población como un grupo que están en el poder para apropiarse de rentas que no están destinadas para su disfrute personal.
ResponderEliminarLa corrupción está asociada a una mala administración pública, al enriquecimiento de pequeños y poderosos grupos y a la malversación de recursos estatales que impiden la prestación de servicios públicos esenciales. La corrupción debilita la confianza en los procesos democráticos y por lo tanto debilita la confianza en la clase política.