domingo, 28 de octubre de 2012

Reflexion: el peligro de los recortes y la gestión negativa de los RRHH

Escrito por Juan Francisco Sánchez Cabrera


Observo que con la profundización de la crisis se extienden una serie de discursos y de métodos de gestión de la administración pública que tratan, aupándose a través de la coyuntura económica, de justificar una reducción de la misma, el recorte y el despido indiscriminado de trabajadores públicos, una serie de posicionamientos que parten de un análisis a mi parecer incorrecto de las deficiencias de la administración (innegablemente existentes) y que a veces caen en el populismo, algunas de éstas políticas de recortes se fundamentan y se excusan en por ejemplo  el excesivo tamaño de la administración pública, en su ineficiencia o en su red de clientelismo político.

Aunque es cierto en parte que la administración pública es en algunos sectores ineficiente, y que también existe una red de clientelismo político a la que hay que poner freno de inmediato, es también demagógico afirmar que la administración como tal es inviable, si la crisis vuelve a la administración inviable como consecuencia de una financiación más restringida o insuficiente implica que la administración no es causante (a veces, eso si, cómplice) sino victima de la crisis, el problema es que la situación económica saca a flote todos los problemas de nuestra economía, así como las ineficiencias existentes en la administración, contra las que sin duda debemos luchar, lo que no es admisible es que se permita que con la excusa de los recortes se deje de invertir en la administración pública produciendo una reducción en la calidad de los servicios ofrecidos al ciudadano, la clave debe de ser la inversión pública de calidad, es decir, que cada euro invertido se rentabilice, no que se deje de dar, es decir, se trata de romper con la lógica de "no te doy un euro porque lo vas a malgastar" y anteponer en cambio el "te daré un euro para que se convierte en un gasto/inversión y que sea productivo", tampoco comparto que la administración esté sobredimensionada, y esta no es una opinión carente de estudios y de análisis, puesto que también la comparten el catedrático de la Pompeu Fabra de Barcelona Viçen Navarro y el profesor de la universidad de sevilla Juan Torres Lopez: por ejemplo, el porcentaje de personas adultas que trabajaban para la administracion publica en 2008 era del 13%, uno de los mas bajos de la UE-15 (de una media del 16%) e infinitamente por debajo de paises con un alto nivel de bienestar y cohesión social como dinamarca (26%) o Suecia (22%)

La cuestión es si debemos imitar determinadas formas de gestion restrictiva de los trabajadores en las empresas, las cuales, en muchas ocasiones, antes de redimensionar sus puestos de trabajo o de buscar alternativas al despido, acaban optando precisamente por el despido de la plantilla, es decir, se trata de escoger si debemos focalizar a los recursos humanos de la empresa como si fueran un gasto que debemos minimizar o incluso evitar, en vez de considerar a los trabajadores como una inversión que es posible rentabilizar a través de una forma de gestión más eficiente y competitiva, fin éste el último de los recursos humanos de la empresa o de la administración, objetivo además que a mi parecer deben de compartir aquellos responsables de recursos humanos, objetivos que rompan de una vez dinámicas negativas que consideran al trabajador como algo “sobrante” o que debe ser “excluido” de la empresa, el trabajador es el mayor activo del que dispone una empresa u organización, y así debe ser entendido sea en la administración o en las empresas públicas, como en el mundo de la gestión privada.

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