sábado, 27 de octubre de 2012

Reflexión personal: "La visión tradicional del Gobierno español".

Reflexión personal de Paula Gómez Sánchez.

La visión tradicional del Gobierno español.

Por todos es conocida la terrible crisis económica que atraviesa España. Cierre de empresas, despidos, desahucios...y falta de recursos, hasta el punto de que “más de 11.5 millones de personas están en riesgo de pobreza o exclusión en nuestro país” (www.publico.es).

Con esta situación, el Estado de Bienestar se tambalea y el Gobierno tiene que tomar medidas. Una de ellas, ha sido el recorte en el número de funcionarios públicos. Según una noticia publicada en el periódico El País, “el número total de funcionarios desciende un 2.2% en 2013”.

Queda claro, para mí, que la visión del Gobierno, en cuanto a sus trabajadores, es la tradicional; son un coste y, por tanto, en momentos de crisis éste debe ser minimizado lo máximo posible, prescindiendo del número de empleados que sea necesario, aun deteriorando la calidad de los servicios, lo importante es la rentabilidad.

Si nos centramos, por ejemplo, en la sanidad pública española veremos que siempre ha sido de los servicios más envidiados de nuestro país, llegando a estar considerada una de las mejores en el mundo. A parte del fin que cumple para los españoles, asistencia sanitaria gratuita para todo el mundo, cumple también un segundo fin, buena imagen exterior. La gente cuando nos visita, lo hace con la tranquilidad de que si algo les sucede, tendrán asistencia médica sin tener que hacer frente a facturas desorbitadas, como podría ocurrir, por ejemplo, en EEUU.

Ahora, con menos personal sanitario, menos material hospitalario, alas enteras cerradas y numerosas medidas de recortes más, nos encontramos ante una sanidad descuidada que no solo deja mucho que desear en el trato directo con el enfermo, sino que está afectando a esa imagen pública externa que dista mucho de lo que fue.

Quizás es el momento de cambiar esa visión tradicional, por otra más renovada, más actual en la que los empleados, que al fin y al cabo son el alma de cada servicio, fuesen un activo de máxima importancia, que se potenciara mucho más su trabajo en lugar de ser eliminados cuando la economía tiembla. De esta forma, el servicio no solo no perdería calidad, si no que además, la imagen que se proyectaría sería de unidad y fuerza, de seguridad. Quizás el problema no sea que “sobra gente”, sino que hay una mala gestión de los recursos humanos.
 

2 comentarios:

  1. yo me pregunto: ante tan buena reflexión,si los que intervienen en la elaboración de las normas, sean del color que sean, cuando se publican dichas normas , piensan que son de aplicación para todo los ciudadanos de este país, incluidos ellos mismos, sus hijos, sus familiares, amigos.....????

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  2. .... me sigo preguntando, les gustaría verse ellos mismos,sus padres, hijos,familiares, amigos, en los pasillos de los hospitales, esperando una asignación de una cama?, doloridos por una rotura, torcedura, esperando en una sala, infinitas horas, hasta el turno de una operación? o llamar a un médico de urgencia domiciliaria y que tarde horas en aparecer y quizás...ya sin remedio??? Creo que faltan serios análisis a la hora de reducir costes....!!!

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