miércoles, 24 de octubre de 2012




POR ABEL VEIGA
Día 24/09/2012

 La corrupción, podredumbre moral y ética de algunos políticos clava sus garras por encima de adscripciones ideológicas y partidistas. La corrupción atrapa y devora la política, la economía, incluso el pensamiento. Golpea en todos los lugares, no distingue, prácticamente todos los partidos que tienen o detentan poder no sólo están expuestos a la misma, la conocen. Unos pocos utilizan lo público en provecho propio. No hay escrúpulos, conciencia, respeto, integridad. De nuevo alcaldes, concejales, empresarios.
Cohecho, prevaricación, falsedad en documento público, tráfico de influencias. Siempre lo mismo. Presunciones y hechos. Justicia y sumarios abiertos. La hiedra vigorosa y hambrienta que se arredra al árbol, desde la raíz misma hasta el tallo y la copa más generosa. Así se enreda también la corrupción en todos los staffs, sustratos y estamentos de la vida misma. Es un cáncer envuelto en ropajes de poder económico e influencias, desde lo más ínfimo e insignificante a lo más trascendente. No conoce fronteras ni límites, no ignora lenguas ni colores.
El problema se presenta cuando los pueblos, las gentes la interiorizan, la hacen tan normal y suya que se creen que no existe. Asumen su licitud, ignoran inconscientemente su antijuridicidad. El ser humano es débil, frágil, extremadamente frágil, en su esencia y consistencia, también en su moral.
Hace mucho que las ejecutivas de los partidos hablan de tolerancia cero hacia la corrupción, corrupción moral y personal. Pero no hacen nada enérgico contra ella. No le plantan cara de verdad..
Financiación también para los partidos, zonas ambiguas, penumbras. Menos demagogia, menos hipocresía. Discurso vacuo y estéril, cómodo y acomodaticio en un mundo donde todo debe cambiar para que en realidad nada cambie. Condición humana, débil y cabizbaja cuando la inocencia ha sido secuestrada allí junto a la cuna. Sus huellas quedan en la arena. Marcadas con la fuerza de la ignominia y la falsedad.
Corrupción en la política, en la economía, la sociedad, el pensamiento rehén del simplismo y el raquitismo. La cultura del dinero fácil, la cultura del pensamiento plano y superficial. Corrupción y ética, anverso y reverso. Cara y cruz, camino y caminante. No hay victoria, no hay brío ni fe, solo vileza.
Hace mucho que las sociedades toleran y acogen podredumbres, comportamientos viciados y cínicas actuaciones. Hace mucho que la ceguera y el silencio campan ufanos y engreídos en las ciénagas de la indiferencia. Hace mucho que nuestra sociedad está enferma, enferma de egoísmo, enferma de vanidad, enferma de sí misma. Rodeada de mentiras cobardes y huidizas.
Corrupción, corrupción moral arrostrada en un virus que no se detiene ni se puede controlar. Los hábitos no se erradican a golpe de decretazo ni tampoco talonarios. No hay remedios taumatúrgicos cuando una sociedad se ignora a sí misma. Una sociedad está enferma si tolera comportamientos corruptos. Está herida con rejones de muerte. Es hora de despertar, de gritar, de perseguir y juzgar al corrupto. Tolerancia cero, en concellos, diputaciones, autonomía, organismos públicos. En la vida misma.

www.abc.es/.../abcp-corrupcion-metastasis-imparable-20120924.html

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