viernes, 11 de octubre de 2013

Bueno, ¿y aquí quién sobra?

Entrada personal redactada por Jorge González Guzmán.

Como sabrán, no tengo ninguna experiencia en esto del Empleo Público ni en el caso de la Función Pública, pero si he podido recopilar experiencias de amigos, compañeros e incluso, familiares que se hayan inmersos en este campo.

De hecho, una de estas personas, funcionaria, me dijo algo así como: "si nos preguntaran en qué recortaríamos, esto se arreglaba". Pero claro, ¿qué va a decir un funcionario que, a ojos de los ciudadanos (o algunos de ellos), es la personificación de la burocracia, el azote del ciudadano o ese individuo inamovible cuya única preocupación es el café a media mañana o la cervecita a media tarde?. Concepción errónea donde las haya.

Pues con ésto, los distintos gobiernos centrales y autonómicos parecen hacernos ver que han dado con la tecla e incluyen a los funcionarios en el tema de los recortes. ¿Esto quiere decir que van a trabajar menos? Error. Quiere decir que su trabajo valdrá menos, pero su carga de trabajo no va a disminuir, más bien al contrario. Prueba de ello es el aumento de la ratio de alumnos en la Educación de manera que, de haber de 20 a 30 alumnos en una clase, superarían la cifra de 30.

Bueno, entonces si el problema no residiría en los ciudadanos, ¿residiría en empleados públicos? Pues parece ser que en parte, aunque luego veremos que no todo es un desecho de virtudes en la Función Pública. En cuanto a empleados públicos, un dato revelador es que existe un funcionario por cada 15 habitantes en España, mientras que en Francia hay uno por cada 8 habitantes, lo cual nos lleva al empleado público como elemento de grosor de la Administración Pública.

¿Pero qué empleados públicos engrosan la Administración? Hace tiempo, escuché una expresión como fue la de "Interinos de Pata Negra", y de lo que escuché del término, básicamente, es que venían a pisarles el trabajo a los funcionarios sin tener que moverse de su puesto de trabajo a otro más lejano y campando a sus anchas por los cuerpos de la Función Pública. De hecho, a un funcionario llegó a decirle un interino "¿para qué voy a opositar, para que me manden al quinto pino?".

Por otro lado, está ese personal eventual, constituido como personal asesor de confianza. Lo que viene siendo paradigma de Sistema Abierto de contratación pública donde, como todo, hay pros y contras aunque, francamente, no estaría seguro de lo primero: pueden no tener la formación necesaria y, por supuesto, no aplicarse a ellos los principios de publicidad, mérito y capacidad lo que, a mi juicio, genera contrataciones arbitrarias en el seno de una Administración Pública que debe servir con objetividad al interés general.

¿Entonces, de los funcionarios y los laborales, no hay problema? También. En mi opinión, reside este problema en que las pruebas de selección sean lo suficientemente idóneas para hacer llegar a estos puestos gente cualificada para el puesto de trabajo y no solo esponjas que absorben un mamotreto de artículos y leyes pero que en su puesto estarían más perdidos que un skin en una biblioteca.

En conclusión, más allá de intereses políticos, colores, partidos y demás parafernalia, el Empleado Público, ya sea funcionario, laboral, interino o eventual, ha de ser considerado como un activo, y como tal, hay que saber como distribuirlo y sacarle rendimiento a través de criterios más objetivos de los actuales.

FUENTE: Elaboración propia.

3 comentarios:

  1. Estoy en muchos puntos de acuerdo con tu entrada, Jorge, aunque hay una cosa con la que no lo estoy. Me refiero a los "funcionarios de pata negra".

    No estoy negando que exista quién se haya "aprovechado" de esta situación, por pura probabilidad, pero no creo que sea así en la gran mayoría. Creo que es importante, no generalizar, sino estudiar cada caso concreto.

    No creo que intentar quedarte cerca de tu núcleo familiar, y no querer mantener dos hogares en vez de uno sea algo malo. De hecho, creo que es más un derecho de los trabajadores, que debería protegerse, eso sí, tanto para los funcionarios de carrera como para los interinos.

    Esto me parece más un "mito" lanzado por ciertos medios de comunicación para desacreditar -aún más si cabe- al trabajador público del tipo que sea, para poder así llevar a cabo, sin un descontento de la población en general que se traduzca en manifestaciones, etcétera, una privatización del sector público que no va con nuestro modelo de estado.

    Por lo demás, te felicito por tu entrada, es muy amena.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  2. Mira, te apunto otra cosilla: buscando sobre lo de la proporción de funcionarios en España y otros países, he encontrado un artículo de La Voz de Galicia, que dice lo siguiente: "[...] proliferan más los empleados públicos en Alemania -uno por cada 29 habitantes- o en Francia -uno por cada 27 habitantes- que en España, donde, sin contabilizar a profesores y médicos, la proporción es de uno por cada 36 habitantes". No sé si quizá el dato que has encontrado tú sí cuenta a profesores y a médicos. En fin, dejo el link, por si alguien quiere echarle un vistazo. Saludos.
    http://www.lavozdegalicia.es/noticia/espana/2013/05/12/busca-administracion-eficiente/0003_201305SM12P4996.htm

    ResponderEliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.