viernes, 11 de octubre de 2013

INNOVAR EN LA ADMINISTRACIÓN

Publicado por: Concepción Lebrón Hoyo

Diario de Navarra, 8 de febrero de 2013

Innovar en la administración

Emilio Huerta, miembro de Institución Futuro

El debate sobre el alto nivel de endeudamiento público, el tamaño y la eficacia de la administración y cómo se deben prestar muchos servicios públicos como la sanidad o la educación, hace tiempo que está originando posiciones encontradas entre los principales partidos representativos de Navarra y no parece que haya un análisis mínimamente compartido de los problemas y las soluciones.

Esto no es bueno porque estas cuestiones son muy relevantes para los ciudadanos. En la administración pública se constata crecientemente no sólo un déficit financiero sino también un notable déficit de resultados. Se ofrecen servicios públicos sin que se cumplan las expectativas de los ciudadanos, se gasta dinero en programas que no funcionan y se invierte en infraestructuras cuya rentabilidad social es reducida.


Nadie conoce bien cuánto valor para la sociedad genera cada euro de impuestos que pagamos los ciudadanos. Por eso es urgente reflexionar sobre los recursos, las actividades y los resultados de la administración.


En muchos casos, la oferta de los bienes públicos se hace en régimen de monopolio, sin competencia y capacidad de elección, y existen pocos incentivos para la mejora porque como se sabe, el monopolio es la vida tranquila.


La burocracia y normas inflexibles ocupan el espacio de la gestión pública. La administración con su rígida preocupación por las normas, el reglamento y el procedimiento actúa con lentitud y sus servicios homogéneos ya no responden a un mundo que es notablemente diverso.


La administración pública está llena de gente competente atrapada en sistemas ineficientes; herramientas presupuestarias rígidas, políticas de personal poco motivadoras y sistemas de gestión donde el éxito ofrece pocas recompensas y el fracaso ninguna penalización. La orientación y el servicio al ciudadano no se fomentan ni inquieta.


El comportamiento de muchos de los empleados públicos se dirige a cumplir las reglas y pasar desapercibidos. Rutina y resignación son valores en alza frente a innovación y compromiso. Por eso, la administración pública Navarra debe cambiar y responder a las exigencias de distintos, responsables y cada vez más informados ciudadanos.


¿Cómo resolver estos problemas? No es fácil acabar con la inercia y la falta de compromiso. Hay importantes resistencias a los cambios. Pero hay tres principios que las buenas prácticas de gestión pública sugieren aplicar:


Primero, el ciudadano debe estar en el centro del debate. Hay que escuchar a los ciudadanos, darles voz y sobre todo poder, aumentando su capacidad de elección. Hay que extender las encuestas para conocer su satisfacción y sobre todo, diseñar nuevos sistemas de pago para que los ciudadanos podamos elegir y decidamos sobre cómo y dónde queremos recibir los servicios.


Segundo, si queremos obtener buenos resultados, hay que dar más poder de decisión a los empleados públicos, no menos. Como en las empresas, los gobiernos innovadores transforman sus sistemas de gestión, descentralizando capacidad de decisión. Hay que dar más responsabilidad y capacidad de actuación a los empleados públicos, estén éstos en centros educativos o sanitarios y como contrapartida, hacerles responsables de los resultados obtenidos.


Por último, hay que reducir la burocracia e introducir herramientas modernas de gestión. Hay que construir una nueva forma de organizar las actividades. Hay que pasar de sistemas donde se exige a la gente que cumpla el reglamento a otros donde se les demande lograr buenos resultados. Para ello es urgente aumentar la trasparencia y visibilidad de los resultados de los programas que se ejecutan. Hay que fijar objetivos, medir los resultados e incorporar y extender la cultura de la evaluación.


En definitiva, los sacrificios y ajustes que estamos haciendo, deben servir también para repensar el papel y la forma de organizar el espacio público. Necesitamos una administración focalizada y competente. El papel de la administración, los recursos que maneja y los servicios que ofrece son demasiado importantes como para improvisar soluciones, realizar cambios cosméticos o simplemente sucumbir a su inercia.



Innovar en la administración


Fuente: http://ifuturo.org/es/comunicacion/articulos01.asp?id=1637&accion=ficha&gclid=COGMiK_EjLoCFTGWtAodESoAZw

1 comentario:

  1. Este es un tema de gran interés, ya que es imposible negar que muchos de los ciudadanos creemos en que muchos servicios de la propia administración publica son incompetentes a la hora de llevarlos a cabo por su gestión.
    Una de las formas de medida y de mejora de los mismos son las citadas en esta noticia y de este modo los resultados en este aspecto se notarían.

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