jueves, 17 de octubre de 2013

Plantilla sana, plantilla productiva

JOSÉ RAMÓN PIN ARBOLEDAS, profesor de Dirección de Personas en las Organizaciones y Ética Empresarial
Del Blog de José Ramón Pin. En estos tiempos de crisis prima lo urgente sobre lo importante. La urgencia lleva a algunos directivos a concentrarse excesivamente en el corto plazo, perdiendo perspectiva.
José Ramón Pin
Se decantan por la reducción de la plantilla, la rebaja de sueldos, la disminución de la jornada o conceptos similares. Al dividir la producción entre el número de empleados, la productividad aumenta teóricamente, pero no es repunte sostenible.

Lo importante es mejorar la productividad de manera sostenible, la productividad derivada de un aumento de la producción por persona contratada, no al revés. ¿Cómo lo conseguimos? Necesitamos políticas que nos ayuden a mantener a los empleados motivados y comprometidos: políticas de comunicación interna, de RSC interna, de conciliación, o políticas de formación son algunas de las herramientas disponibles.

Las estrategias y políticas de promoción de la salud desde el entorno laboral son relativamente nuevas en nuestro país, pero sus beneficios están comprobados en el mundo anglosajón. Velar por la salud física y mental de los trabajadores, promoviendo y facilitando estilos de vida saludable es una buena herramienta también.

1 comentario:

  1. Todo esto me recuerda a las costumbres que tienen en China de hacer Tai-Chi y otros ejercicios taoistas antes de entrar en la fábrica de lo que sea a ser explotado adecuadamente por el sistema.
    Yo, medio en broma, también lo he propuesto en mi centro de trabajo, aunque visto lo visto, los compañero no me hacen ningún caso. Y eso que es por su salud.
    Bien es verdad, que dada la minoración del sueldo, cada día hay que utilizar más los medios naturales como la bicicleta o la bipedestación, dejar esas costumbres tan insanas de fumar o beber alcohol, y adoptar la sana dieta mediterránea de toda la vida (pan con mortadela, vamos). ¡Para que digan que el Estado no se ocupa de nuestra salud!.
    Hablando en serio, siempre me ha parecido que determinadas cuestiones en la sociedad hacen más daño que bien. Así, por ejemplo preocupándonos de las ballenas no tenemos que ver que quizás la vida propia puede estar carente de objetivos que nos hagan ser más humanos, o que manifestándonos contra las múltiples guerras injustas no estamos haciendo nada para que el mundo –que empieza con mi vecino- sea verdaderamente más equitativo. Creo que a eso le llaman tácticas de distracción y en el mundo de la empresa suele funcionar muy bien: ¡Desde luego no te pago más pero a tu puesto le pongo un rimbombante título en inglés!.
    Ahora nos vienen con los horarios europeos y otras cuestiones. Bien, es una buena cosa. Pero me da la impresión que es la de curar un grano de alguien que está muriendo de cáncer.
    Yo soy más de pagar justamente al trabajador y dejarme de otras zarandajas. Si le pago lo justo puede exigirle en justicia.
    Porque si no vamos a ser como aquel negrero que razonaba que para que les iba a pagar a sus esclavos si él ya le proporcionaba todo lo que necesitaban… los animales.

    Comentario a noticia:
    José Ramón Malagón Cansino.
    4º GAP

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