REFLEXIÓN PERSONAL SOBRE LA INFRAESTRUCTURA
ÉTICA EN LA ACTUALIDAD.
Para la OCDE (1997) la
infraestructura ética de una sociedad está conformada por una serie de factores
que van a posibilitar la adecuada gestión de las conductas de los empleados y servidores
públicos: Apoyo político, un marco legal eficaz, adecuados mecanismos de
socialización profesional, una sociedad civil madura, activa y vigilante y
sistemas y procedimientos de control.
Esta es mi opinión sobre estos
factores:
1. Apoyo político: Actualmente el apoyo
político no forma parte de la infraestructura ética, quizás sea la estructura
de la falta de ella y el instrumento para la expansión de la corrupción por
todas las Instituciones del Estado.
2. Un marco legal eficaz: ¿De dónde puede
salir un marco legal eficaz? Las leyes nacen del Parlamento, y esta Institución
del Estado está compuesta por Políticos.
3. Adecuados mecanismos de socialización
profesional. La socialización es una gran arma para luchar contra los males
que tiene la Administración, pero tenemos que empezar por socializar a los
altos cargos de la Administración (políticos) que son la raíz de esta lacra. El
empleado público, cada vez más se siente perteneciente a un sector social que
cumple con las normas de conductas éticas de su profesión y cuida de cumplir con su trabajo de una forma
responsable.
4. Una sociedad civil madura, activa y
vigilante. Esta si es la gran infraestructura para conseguir que
desaparezca la falta de ética. Una ciudadanía con sentimiento de pueblo, con conciencia
de tener derechos y de reivindicarlos. Debe tener también instrumentos para
poder exigir a los políticos que realicen su trabajo con diligencia y con
ética.
5. Sistemas y procedimientos de control:
volvemos a lo del principio ¿Quién controla al controlador? Tenemos en España
grandes instituciones que controlan, o eso creíamos. Tribunal de Cuentas, Banco
de España, Parlamento, etc, ¿hasta dónde llega la capacidad de control de estas
Instituciones? Hemos podido comprobar que no disponen de las herramientas, ni
de las facultades suficientes para controlar nada.
En definitiva, entiendo que la
teoría de la OCDE sería buena cuando partimos de la base de un Estado con una
estructura institucional sana, éticamente hablando. En este caso nos faltaría llevar esta ética al
resto de los componentes de la Administración (empleados y servidores
públicos), pero el problema es mucho mayor. “Unos padres que fuman no pueden
pedir que sus hijos no fumen, unos padres que roban no pueden pedir a sus hijos
que no roben”. Quizás, y eso espero, “los Hijos
puedan hacer que los padres dejen de robar”.
Ana Cobo
Ana Cobo
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