viernes, 11 de octubre de 2013

ECONOMÍA / POLÍTICA 16 Expansión Jueves 12 septiembre 2013 LOS PRESUPUESTOS DEL ESTADO DE 2014/ El Gobierno no tiene previsto impulsar ninguna subida salarial a los empleados públicos el año que viene. Eso sí, a cambio, no les quitará la paga extra y Montoro baraja devolverles algún día libre. Calixto Rivero. Madrid La maquinaria del Gobierno está trabajando a marchas forzadas para diseñar una de las normas más importantes del curso político: los Presupuestos Generales del Estado. Y, como cada año, una de las partidas que más inquieta a cerca de tres millones de personas es la que afecta a los empleados públicos. Según fuentes gubernamentales, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, “no tiene previsto ninguna subida salarial” a los funcionarios en 2014, una iniciativa que afectaría tanto a los trabajadores de la Administración central, a los de los ayuntamientos, a los de las comunidades y a los de algunas empresas públicas. Y que es imprescindible para cumplir con la reducción del déficit que exige a España la Comisión Europea. Sin recurrir de nuevo a la congelación salarial será prácticamente imposible reducir el déficit del 6.3% al 5,8%, y menos con el crecimiento de la actividad inferior al 1% que pronostican la mayoría de los servicios de estudios. Sin embargo, a cambio, el ministro de Hacienda está barajando hacer un guiño al colectivo de empleados públicos para compensar la contención salarial que vienen padeciendo en los últimos años. Por eso, ya ha comentado a algunos grupos de funcionarios en privado que planea devolverles alguno de los días libres que les quitó cuando comenzó la legislatura, los famosos “moscosos”. Los moscosos surgieron en los años ochenta, para compensar una subida del IPC de dos dígitos que el Estado no podía asumir como subida salarial. Entonces, el ministro del ramo, Javier Moscoso –de dónde proviene el epónimo– se decidió compensar a los funcionarios con seis días extra de asuntos propios. Montoro redujo de seis a tres días los días libres en julio de 2012 y ahora ha anunciado a algunos funcionarios que le gustaría revertir esta polémica decisión en cuanto sea posible. La partida de gastos de personal del Estado es de las más difíciles de reducir desde que comenzó la crisis. De hecho, El Gobierno plantea congelar el sueldo a los funcionarios y darles más ‘moscosos’ en los Presupuestos iniciales del Estado de 2013, después de los recortes impulsados por el Gobierno central, la partida destinada a pagar la nómina de los empleados estatales alcanzaba los 33.289 millones de euros, una cifra similar a la registrada en 2009, cuando la plantilla de la Administración central era mucho más elevada y las condiciones salariales mejores. Que la Administración central se gaste cerca del 3% del Producto Interior Bruto (PIB) anual en salarios públicos cobra especial relevancia si se tiene en cuenta que sólo medio millón de los tres millones de trabajadores del sector público que hay en España depende del Gobierno central. Las autonomías en cambio emplean a 1,7 millones de personas y los ayuntamientos a cerca de 700.000. El poder de Hacienda Por eso cobra especial relevancia que la decisión de congelar los sueldos en todas las administraciones sea una competencia exclusiva de los Presupuestos Generales del Estado, por lo que las políticas que afectan a los gastos de personal es una de las competencias más relevantes con las que cuenta el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, para encauzar el raquítico estado de las Cuentas Públicas. De hecho, todas las administraciones han pasado de gastarse 73.887 millones de euros al año en su personal en 2004 a 106.966 millones con los últimos datos disponibles (más del 10% del PIB). Es decir, que esta partida ha crecido durante la crisis un 44% en toda España, un incremento muy superior al del IPC, que ha avanzado entre 2004 y 2013 sólo un 23,9%. Sin embargo, lo que el Gobierno no tiene previsto lanzar este año es otro recorte de las pagas extra de Navidad a los trabajadores de las administraciones, una medida que ha servido para conseguir que el déficit se redujera al 7% el año pasado y para sortear el rescate. Esta propuesta trajo grandes problemas entre administraciones, ya que algunos ayuntamientos y CCAA desafiaron a Cristóbal Montoro con trampas contables, adelantando el pago de la paga extra de verano de 2013 a enero. Por eso, Cristóbal Montoro no tiene la intención de tomar este año una medida tan polémica como la que puso en marcha en 2012, y dejará que sean las comunidades que lo necesiten las que pidan más esfuerzos a sus ciudadanos para cumplir con las exigencias presupuestarias. Aunque la congelación es imprescindible para cuadrar las Cuentas anuales, los mayores ahorros en el gasto se han logrado recortando el número de empleados públicos, algo que se está acelerando desde que el presidente Mariano Rajoy se instaló en La Moncloa gracias a medidas como la tasa de no reposición y a los despidos del personal laboral. De hecho, desde que en 2011 se alcanzó el mayor número de empleados públicos de la historia (3,22 millones), en el segundo trimestre esta cifra se redujo en 377.400 personas (actualmente hay sólo 2,8 millones de trabajadores en el sector público). Editorial / Página 2 Una crisis de sacrificios para los funcionarios

ECONOMÍA / POLÍTICA
16 Expansión Jueves 12 septiembre 2013
LOS PRESUPUESTOS DEL ESTADO DE 2014/ El Gobierno no tiene previsto impulsar ninguna subida salarial a los empleados
públicos el año que viene. Eso sí, a cambio, no les quitará la paga extra y Montoro baraja devolverles algún día libre.
Calixto Rivero. Madrid
La maquinaria del Gobierno
está trabajando a marchas
forzadas para diseñar una de
las normas más importantes
del curso político: los Presupuestos
Generales del Estado.
Y, como cada año, una de las
partidas que más inquieta a
cerca de tres millones de personas
es la que afecta a los empleados
públicos. Según fuentes
gubernamentales, el ministro
de Hacienda, Cristóbal
Montoro, “no tiene previsto
ninguna subida salarial” a los
funcionarios en 2014, una iniciativa
que afectaría tanto a
los trabajadores de la Administración
central, a los de los
ayuntamientos, a los de las comunidades
y a los de algunas
empresas públicas. Y que es
imprescindible para cumplir
con la reducción del déficit
que exige a España la Comisión
Europea. Sin recurrir de
nuevo a la congelación salarial
será prácticamente imposible
reducir el déficit del
6.3% al 5,8%, y menos con el
crecimiento de la actividad
inferior al 1% que pronostican
la mayoría de los servicios de
estudios.
Sin embargo, a cambio, el
ministro de Hacienda está barajando
hacer un guiño al colectivo
de empleados públicos
para compensar la contención
salarial que vienen padeciendo
en los últimos años.
Por eso, ya ha comentado a algunos
grupos de funcionarios
en privado que planea devolverles
alguno de los días libres
que les quitó cuando comenzó
la legislatura, los famosos
“moscosos”. Los moscosos
surgieron en los años ochenta,
para compensar una subida
del IPC de dos dígitos que
el Estado no podía asumir como
subida salarial. Entonces,
el ministro del ramo, Javier
Moscoso –de dónde proviene
el epónimo– se decidió compensar
a los funcionarios con
seis días extra de asuntos propios.
Montoro redujo de seis a
tres días los días libres en julio
de 2012 y ahora ha anunciado
a algunos funcionarios que le
gustaría revertir esta polémica
decisión en cuanto sea posible.
La partida de gastos de personal
del Estado es de las más
difíciles de reducir desde que
comenzó la crisis. De hecho,
El Gobierno plantea congelar el sueldo
a los funcionarios y darles más ‘moscosos’
en los Presupuestos iniciales
del Estado de 2013, después
de los recortes impulsados
por el Gobierno central, la
partida destinada a pagar la
nómina de los empleados estatales
alcanzaba los 33.289
millones de euros, una cifra similar
a la registrada en 2009,
cuando la plantilla de la Administración
central era mucho
más elevada y las condiciones
salariales mejores.
Que la Administración central
se gaste cerca del 3% del Producto
Interior Bruto (PIB)
anual en salarios públicos cobra
especial relevancia si se
tiene en cuenta que sólo medio
millón de los tres millones
de trabajadores del sector público
que hay en España depende
del Gobierno central.
Las autonomías en cambio
emplean a 1,7 millones de personas
y los ayuntamientos a
cerca de 700.000.
El poder de Hacienda
Por eso cobra especial relevancia
que la decisión de congelar
los sueldos en todas las
administraciones sea una
competencia exclusiva de los
Presupuestos Generales del
Estado, por lo que las políticas
que afectan a los gastos de personal
es una de las competencias
más relevantes con las
que cuenta el ministro de Hacienda,
Cristóbal Montoro,
para encauzar el raquítico estado
de las Cuentas Públicas.
De hecho, todas las administraciones
han pasado de gastarse
73.887 millones de euros
al año en su personal en 2004
a 106.966 millones con los últimos
datos disponibles (más
del 10% del PIB). Es decir, que
esta partida ha crecido durante
la crisis un 44% en toda España,
un incremento muy superior
al del IPC, que ha avanzado
entre 2004 y 2013 sólo
un 23,9%.
Sin embargo, lo que el Gobierno
no tiene previsto lanzar
este año es otro recorte de las
pagas extra de Navidad a los
trabajadores de las administraciones,
una medida que ha
servido para conseguir que el
déficit se redujera al 7% el año
pasado y para sortear el rescate.
Esta propuesta trajo grandes
problemas entre administraciones,
ya que algunos
ayuntamientos y CCAA desafiaron
a Cristóbal Montoro
con trampas contables, adelantando
el pago de la paga extra
de verano de 2013 a enero.
Por eso, Cristóbal Montoro
no tiene la intención de tomar
este año una medida tan polémica
como la que puso en
marcha en 2012, y dejará que
sean las comunidades que lo
necesiten las que pidan más
esfuerzos a sus ciudadanos
para cumplir con las exigencias
presupuestarias.
Aunque la congelación es
imprescindible para cuadrar
las Cuentas anuales, los mayores
ahorros en el gasto se han
logrado recortando el número
de empleados públicos, algo
que se está acelerando desde
que el presidente Mariano Rajoy
se instaló en La Moncloa
gracias a medidas como la tasa
de no reposición y a los despidos
del personal laboral.
De hecho, desde que en
2011 se alcanzó el mayor número
de empleados públicos
de la historia (3,22 millones),
en el segundo trimestre esta
cifra se redujo en 377.400 personas
(actualmente hay sólo
2,8 millones de trabajadores
en el sector público).
Editorial / Página 2
Una crisis de
sacrificios para
los funcionarios
Los funcionarios
comienzan la crisis con
subidas salariales. En
2009, cuando el déficit
público se disparaba por
medidas como el Plan E,
el Gobierno de José
Luis Rodríguez Zapatero
decidió una sustancial
subida del sueldo de
los empleados públicos.
Mazazo a los
empleados públicos
en 2010 para evitar
el rescate. Sin embargo,
en mayo de 2010,
meses después de que
comenzara el contagio de
la crisis griega a España,
el presidente Zapatero
anunció una bajada
de los sueldos de entre
el 5% y el 7% para evitar
la intervención europea.
Congelación
salarial en 2011. La
vicepresidenta Elena
Salgado congeló el
sueldo a los funcionarios
en 2011. Sin embargo,
el Gobierno no logró
en el último ejercicio
de la legislatura domar
el déficit, que se disparó
al 9%, un desfase de
20.000 millones de euros
con el que nadie contaba.
Eliminación de la
paga extra en 2012.
Aunque inicialmente
Rajoy sólo quería
congelar el sueldo a los
funcionarios y ampliar
la jornada laboral a 37,5
horas, finalmente tuvo
que quitar una paga
extra a los funcionarios
para evitar el rescate.
El Gobierno quiere
hacer un guiño a los
funcionarios en 2014.
Aunque los sindicatos y
altos cargos descuentan
la congelación salarial a
los empleados públicos,
Montoro quiere
devolver algún día libre
de los 3 que les quitó
en julio de 2012.
3202660
O.J.D.:
E.G.M.:
Tarifa:
Área:
Fecha:
Sección:
Páginas:
37495
171000
12210 €
1180 cm2 - 110%
12/09/2013
PORTADA
1,16

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.