Economía
El mayor enemigo de tu productividad laboral no es el tabaco sino tú mismo
Día 21/10/2013 - 10.50h
Fumar, mirar las redes sociales o charlar con los compañeros son actividades que pueden restarnos tiempo de trabajo, aunque lo que de verdad disminuye nuestra productividad es la insatisfacción laboral
Los trabajadores que fuman son más caros. En concreto cuestan a las empresas, según hemos podido saber en los últimos días, hasta 2.000 euros más en términos de productividad que aquellos compañeros que no han caido en las garras de la nicotina. Esto es lo que revela un reciente estudio de la Sociedad de Prevención de Fremap y la empresa farmacéutica Pfizer y cuyo objetivo no es otro que el de reducir los niveles de tabaquismo en el entorno laboral.
Según el citado estudio, de estos 2.000 euros de más que un fumador cuesta a su compañía el 73% corresponde a una pérdida de productividad
derivada del tiempo invertido en echar unos cuantos cigarrillos en
plena jornada, mientras que el resto del coste se atribuye a la mayor
posibilidad de absentismo laboral de estos trabajadores respecto de los
que no fuman. Como indica uno de los expertos de la sociedad de
prevención de riesgos, el doctor Antonio Meléndez, el tabaco es, sin lugar a dudas, uno de los «principales enemigos» para nuestra productividad, pero ¿hay más?
En realidad, si nos detuviéramos a
pensar en todo aquello que puede distraernos de nuestras obligaciones
laborales, las posibilidades se contarían por decenas. Si, además,
nuestro trabajo requiere del uso de un ordenador conectado a internet,
esos elementos de distracción se incrementarán en gran medida: redes sociales, correos electrónicos, chats con los compañeros de trabajo, navegación
en páginas webs e incluso juegos online desde nuestro ordenador. A ello
habría que añadirle también el tiempo que se tarda en salir a fumar, en
el desayuno, en el café de media mañana...
Satisfacción laboral
Ante toda esta vorágine de elementos que se configuran como grandes amenazas para nuestra eficiencia en el trabajo el experto Sandalio Gómez, titular de la cátedra de Relaciones Laborales en el IESE,
explica a ABC que todos estos factores de distracción no son, en
absoluto, los principales enemigos de nuestra productividad, pues «el
aspecto que mejor determina la capacidad productiva de un trabajador es
su nivel de satisfacción con las tareas que lleva a cabo en la empresa, el hecho de que se sienta cómodo, a gusto, y de que sienta que tiene cierto nivel de responsabilidad».
Como el profesor indica, «si nos sentimos importantes y valorados en
nuestro puesto» es más probable que seamos trabajadores productivos «con
total independencia de que salgamos a fumar o no nos levantemos de la
silla».
«Se dan ocasiones en las que el
trabajador realiza labores harto repetitivas en su empresa y en las que
la creatividad no es necesaria», indica Gómez. Es pues, en estos casos,
en los que el empleado tiende a aburrirse y desconecta de sus labores mirando
las redes sociales, hablando con su compañero de al lado... «Sin
embargo -prosigue- si la persona en cuestión se siente motivada en su
puesto y considera que tiene cierto grado de responsabilidad e
integración dentro de su empresa la desmotivación no será tal. Factores
externos como salir a fumar, charlar o distraerse ayudan a restar
productividad, cierto, pero no son factores determinantes, pues nuestra voluntad y actitud en el trabajo serán cruciales para conseguir objetivos».
¿Depende de nosotros o de la empresa llegar
a este clima de satisfacción del que habla el experto del IESE? Como
explica Gómez, son ambos actores, compañía y trabajador, los que deberán
poner de su parte para evitar que se cree tal situación de
inestabilidad. No en vano, «el problema real lo crea la persona»,
señala tajantemente el experto. «Una empresa debe procurar que sus
trabajadores se sientan valorados y felices con sus obligaciones, algo
para lo que es crucial que la compañía sepa adaptar a cada persona a su puesto concreto con el fin de que el trabajador esté en el puesto en el que mejor se desenvuelva».
Además de ello, Gómez apunta que
para conseguir dicho clima de satisfacción «la compañía deberá
plantearse qué tipo de acciones debe llevar a cabo para que su personal
se sienta motivado. Una vez la empresa lleve a cabo este tipo de
actuaciones ya habrá dado las oportunidades pertinentes para que los
trabajadores respondan con una actitud de trabajo efectiva». Aquí, según
el experto, es donde termina la responsabilidad de la empresa. «Si una
vez llevadas a término todas estas acciones el trabajador no es
productivo, entonces tendremos que analizar qué está sucediendo: puede
ser que no esté en el puesto que le corresponde o, sin más, que tenga que cambiar de trabajo. A la hora de la verdad siempre será la actitud de la persona la que determinará su nivel de producción».
La importancia del horario
Dejando de lado estos factores que el experto valora como
cruciales, existen otros muchos que pueden ayudar a aumentar o disminuir
nuestro nivel de productividad laboral. Uno de ellos es el horario de trabajo. El informe para Racionalización de los Horarios
que recomienda al Gobierno la implantación del horario británico en
España muestra, como una de sus principales conclusiones, que el cambio
de hora ayudaría a las empresas españolas a acabar con esos «tiempos
muertos» de los que goza la jornada española, pues «permitiría una mejor
conciliación de la vida laboral y familiar» y la productividad
aumentaría sensiblemente.
En este sentido, el profesor también recalca que las
empresas deben entender que «cortar el horario e implantar una jornada
partida rompe el ritmo del trabajador, al que le cuesta volver a coger
el ritmo. Además de ello, el modo en que una jornada continua repercute
en nuestra vida personal y familiar será también determinante en cuanto a
la satisfacción del trabajador con su puesto».
Noticia (supletoria a los dos ya publicadas)
José Ramón Malagón Cansino
4º GAP
Es que no me puedo contener...
ResponderEliminar¡Como sigan a este paso, nos van a controlar hasta cuanto y cuando vamos al servicio!. Y eso es porque nos pasamos mucho tiempo tomando cerverza, que como todo el mundo sabe, es muy dirurética.