REFLEXIÓN PERSONAL: Falta de control en lo
público
Bajo mi percepción, en España, hay una imagen equivocada de
lo público. A menudo pensamos que lo público no es de nadie, en vez de tener
asumido que LO PÚBLICO ES DE TODOS.
Si todas las personas tuviésemos tan claro que lo público nos
pertenece, tendríamos un sentimiento de arraigo que nos llevaría a la defensa de lo público. Nos
dolería más el despilfarro, la pasividad de las actuaciones, el incumplimiento
de horarios, la falta de responsabilidad en la actividad diaria, la falta de
compromiso. Nos preocuparía ofrecer la mínima calidad e incluso trataríamos de
dar una buena imagen pública si tuviésemos ese sentimiento de que lo público
nos pertenece. Trataríamos de defender lo nuestro.
Pero esto no es así, y son muchos los que cada día aprovechan
esta situación. Existen políticos y jefes de departamentos en la administración
que saben que hay trabajadores que incumplen en la Administración, al igual que
hay otros que tienen muchísima carga de trabajo ¿Por qué no se actúa contra los
que incumplen? ¿Ocurriría esto si la empresa fuese privada? También hay muchos trabajadores
que conocen y critican a espaldas de los políticos la falta de transparencia de
estos, que tienen negocios raros, la mala gestión… TODOS SOMOS TESTIGOS pero
permanecemos impasibles, como si el problema no existiese. Solo nos molestamos
si todos estos problemas influyen en el sueldo.
¿Por qué no se denuncian estos hechos que perjudican tanto a
lo público? Nadie se implica. No existe un control responsable por ninguna de las partes que componen la Administración.
Algunos trabajadores se acomodan una vez que su plaza es fija
y algunos políticos preparan su gestión para cuatro años, esto supone que como
van de paso, no tienen por qué mojarse en cuestiones de esta índole.
Esta falta de control por parte de unos y de otros y la falta
de medidas para la corrección de los fallos producidos nos han llevado a la
situación que hoy en día tienen las Administraciones Públicas.
Conclusión:
Necesitamos medidas urgentes de control que pongan fin a la
situación sufrida hasta el momento, no sólo medidas urgentes que impliquen la
superación del déficit público.
La Administración Pública necesita un órgano que supervise su actuación y perfeccione su
gestión, llevándola a ser una Administración eficiente y eficaz. Quizás esto
implicaría una reducción de las diferencias entre la Administración Pública y
la privada en términos de personal, remuneración, motivación, simplificación de
costes y porqué no una evaluación de los logros y resultados obtenidos que nos
mida el grado de satisfacción de los ciudadanos con las actuaciones realizadas
y nos ayude a evitar que se cometan una y otra vez los mismos fallos.
M.Carmen Escalona González
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