Nos
encontramos ante un tema de opinión basada dentro de un aspecto ético en
la función pública, concretamente la calidad de atención y servicios prestados
por parte del funcionario hacia el ciudadano, centrándonos en los modales que
el empleado público plasma en su gestión.
Los
funcionarios poseen la gran responsabilidad de definir la imagen física de la
Administración, un asunto de gran repercusión social. ¿A caso alguien no ha oído
como ha sido tratado alguna vez por el hombre que trabaja en el registro del
ayuntamiento o la mujer que expide la cita previa en los centros de salud?
Tanto en sus aspectos positivos como en los negativos. Indagando en la cuestión
debemos de plantearnos el motivo y las consecuencias de la actitud expresada en
el día a día de su trabajo. Comencemos remitiéndonos a estos ejemplos: Juan un hombre de unos cuarenta
años que con dedicación y gustoso esfuerzo aprobó sus oposiciones para
desempeñar el cargo de admirativo del registro de entradas del ayuntamiento de
su municipio. Nunca le han faltado unos buenos días y un trato amable con el
ciudadano al que atiende dentro de la cordialidad de la función que desempeña.
Por el contrario Reyes, la expedidora de citas de consulta casi siempre ha sacado a relucir
su maniático y desapacible carácter de una forma continuada en su actividad.
Por
lo general la percepción del ciudadano ante estos dos funcionarios van a ser
muy diferente, acompañadas también de la imagen de sus dos sedes administrativas.
Eh aquí el epicentro de esta reflexión,
cada empleado público debe de concienciarse de que la cara que establezca de
forma habitual hacia el ciudadano va a ser vivo reflejo del organismo gestionado.
Naturalmente
todos tenemos problemas en nuestra vida personal pero hay que establecer una línea
divisoria que establezca el ámbito profesional y el personal. Tanto para bien
del funcionario, de la administración y del ciudadano atendido. Todos los trabajadores públicos deben hacer un esfuerzo y tratar con amabilidad y educación
a todos los ciudadanos a pesar incluso de que estos en ocasiones carezcan de
estos dos factores sumamente importantes, para hacer más llevadero los trámites
oportunos.
Realizado por: Melissa Biau Rubio
ResponderEliminarMe parece muy interesante la reflexión personal de mi compañera Águeda García Cintado, con la que estoy totalmente de acuerdo al tratarse de un tema que nos incumbe a todos los ciudadanos que por cualquier tipo de gestión, nos relacionamos con la Administración Pública, siendo merecedores del trato desde la amabilidad y el respeto por parte de los funcionarios y personal al servicio de ésta. Lamentablemente, hoy día y pese a los esfuerzos continuados de la Administración Pública por cambiar la percepción de los administrados con respecto a ella, el trato de algunos funcionarios deja mucho que desear, la actitud con la que atienden ponen en evidencia su ética y valores perjudicando gravemente la imagen del ámbito público por parte de los ciudadanos. Sin embargo, cabe hacer mención a aquellos funcionarios que pese a sus circunstancias personales, que como bien concluye la compañera su reflexión, todos tenemos, atienden de manera aplaudible a los ciudadanos, no sólo desempeñando bien su trabajo sino además con un magnífico trato.