Viendo los telediarios y las noticias más destacadas en
la prensa escrita en los que su gran mayoría giran en torno a los gobernantes de
nuestro país, y no precisamente para alabarlos, me hizo pensar en si realmente están
capacitados para ejercer las competencias que llevan implícitas el cargo que
han asumido. Con esto no quiero hacer una crítica basada en la tendencia política
de estos sino en si realmente están capacitados para ejercer de forma correcta
su puesto de trabajo, es decir, si
tienen la competencia laboral suficiente para desempeñar correctamente sus
funciones.
La competencia
laboral se define como la capacidad efectiva para llevar a cabo exitosamente una
actividad laboral plenamente identificada; estas competencias abarcan los conocimientos,
las actitudes y las habilidades de los individuos. Hago referencia a este
concepto porque estamos hartos de ver ministros a los que les asignan carteras
que aparentemente no están muy relacionados con los conocimientos que este
señor o esta señora han adquirido a lo largo de su trayectoria y en muchos de
esos casos vemos que la gestión realizada digamos que deja muchos que desear. O
lo que es peor, miembros del gobierno cuyo curriculum académico es insuficiente
para desempeñar un cargo de tanta importancia.
Es comprensible que cuando uno es Presidente
del Gobierno quiera rodearse de personas de su mayor confianza pero considero
que es más importante asegurarse, al designar los distintos ministerios, de analizar
de forma exhaustiva los conocimientos, las actitudes y las habilidades en relación
con los temas a los que van a tener que hacer frente en dicho ministerio. Con esto
creo que se conseguiría que la gestión de los distintos asuntos fuese mejor ya
que una persona cuyos conocimientos por ejemplo versan sobre sanidad y sus
experiencias laborales han ido encaminada sobre este sector sabrá identificar
las medidas necesarias y resolver, a priori, de forma más eficaz las distintas
dificultades que pudieran surgir a lo largos de su mandato.
Sé que esto no es
la panacea para los problemas de ineptitud de nuestros gobernantes y que
tampoco asegura que haciendo esto todos realicen de forma eficiente su trabajo pero
ayudaría al menos a reducir parte de su incompetencia.
Comentario realizado por: José Martín López Miranda
ResponderEliminarLa competencia laboral es uno de los aspectos más importantes sobre los cuales muchas de las problemáticas que aquejan a la administración pública podrían representar una solución. Continuando con la idea de mi compañero Juan, hoy en día la falta de competitividad por parte de las personas que representan a la ciudadanía en los cargos públicos ha visto en sí misma un problema de carácter estructural que pareciera que siempre ha estado ahí y que se debe sólo a la falta de preparación académica (profesionalización laboral), que si bien es cierto, engloba una parte de ello no lo representa en su totalidad, ya que contar con diversos títulos que certifiquen académicamente a una persona no significa que ésta se encuentre lo suficientemente capacitada para la ejecución de tareas, destacando que la aplicación de la teoría muestra la base del problema. En este sentido, mi propuesta va encaminada a la formación de profesionales que puedan ser capaces de desarrollar las competencias laborales desde las aulas.
Por otra parte, para el caso de las personas que se encuentran desempeñando cargos con los que su formación no coincide la cuestión es distinta pues se propone a aquellos individuos que tengan conocimientos básicos del área y que continúen formándose dentro de la misma pero con la visión de poder desarrollar tareas del ámbito público, es decir, que desarrolle competencias propias del área y sepa aplicarlas a la realidad político-administrativa de su contexto.
Está caro que la mayoría de nuestros gobernantes no son competentes; ni siquiera realizan una labor mediocre que podría pasar desapercibida, sino que se empeñan en demostrarnos una y otra vez su ineptitud.
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