martes, 18 de noviembre de 2014

REFLEXIÓN PERSONAL REALIZADA POR:
 
CHARO CATALÁN MARTÍNEZ
 
 
LA IMPORTANCIA DE LAS PERSONAS EN LAS ORGANIZACIONES
 
Después  de llevar varios días meditando y con tantísima materia, sobre el tablero y más... en la actualidad, noticias de todo tipo (corrupción, nuevos cambio... etc.), he pensado en algo diferente y cotidiano.
 
La mayoría de mis compañero de 4º de GAP, es posible que no hayan firmado un solo contrato de trabajo en su vida, pero hay otra parte los que hemos trabajado en la Administración Pública, no importa su etiqueta (SAS, Junta, Justicia, US, etc.) la mayoría hemos comenzado en bolsas de trabajos.
 
“Nunca la persona llega a tal grado de perfección como cuando rellenamos un impreso de solicitud de trabajo”, pues tal cómo está el mercado, nos sentimos la persona más feliz del mundo y no será de extrañar que hayamos firmado dos, tres, cuatro o algunos más..., Lo tengamos clasificado por fecha, empresas etc., para poderlo presentar en las diferentes bolsas de contratación de A.P. o en alguna bolsa de subcontratación, en donde si, tienes suerte un día firmará uno y tres días después otro más es decir tendremos una buena colección de ellos. También conoceremos a alguien que sólo trabaje  en el verano contratada por un banco o un hotel, SAS, etc., y..., las anécdotas: como llegar al puesto de trabajo y haberse incorporado su titular, estar en la oficina del paro arreglando papeles y llamarte urgentemente porque no habían planificado y no estaba cubierto el servicio de admisión, y lo más seguro teniéndote que desplazar a x Kms., por encontrarse su titular enfermos, “llevándose tráfico” el jornal del día (es decir, encima la multa), por alguna infracción que hayamos cometido en nuestra veloz carrera, e incluso que se les olvidara de darnos de alta en la SS o nos den de baja antes de finalizar el mismo o que ni te puedan dar de alta en el nuevo trabajo por haberse olvidado de darte de baja en el anterior etc., por muy inverosímil que parezca todo esto pasa en la realidad. Y Dirán: “Es que tenemos tantos contratos al día”. Siempre hay alguien que le pasa estas cosas (“claro no van a estar pendiente de todo”).
La mayoría de las veces la noche anterior no dormimos, no queremos olvidar ningún documento de los solicitados (DNI, cartilla del paro, tarjeta sanitaria etc.), aunque nos lo hayan pedido ya varias veces  e incluso haya sido la misma persona.
Por otro lado ensayaremos delante del espejo de cómo será nuestro comportamiento en el caso de la entrevista, si es que hemos superado la preselección, siendo conveniente que estemos informado de las inquietudes de dicha organización; en fin “toda una amalgama de cosas”. Ah se me olvidaba hay que estar muy atenta de dónde vamos a firmar (“siempre donde pone trabajador” nos dirán “allí, allí,) firma correcta en el sitio correcto y atento a lo que firmamos.
Espero que los que vengan detrás lo tengan un poco más fácil, con esto de la digitalización supongo que habrá menos burocracia.
Y... vuelta, con el olvido, hay un detalle de mucho más valor que es la persona. Si es el ser que tenemos delante es sin duda mucho más importante que todos esos papeles antes citados, nos hacen sentirnos no poco más que los clips que adjuntan en nuestra documentación. La verdad es que en esa relación existen dos personas relación cliente-servicio y las dos de igual relevancia.
Los años pasan y nos  hayamos, en el otro lado de la mesa, no olvidemos aquellos días pasados, seamos asertivos, demos todo nuestro apoyo, nos sentiremos a gusto y seremos mejores personas y quien llega nos lo agradecerá.
Cada día que pasa aprendemos algo, debemos ser capaces de relacionarnos, con capacidad de empatía, entender e intentar comprender qué necesitan, cómo está el otro, de nada nos vale ser el anfitrión, si no tenemos humanidad.
 
La principal tarea de un directivo consiste en respaldar el crecimiento y las aspiraciones de las personas”
(Arie de Geurs. “gurú” del aprendizaje de las organizaciones).
 
 
Son las vivencias de toda una vida de trabajo y de los muchos cursos de formación continua que realicé, en mis 39 años de vida laboral y más de 72 contratos firmados.
 
Detalle importante: “¡NO VOLVERÉ A FIRMA NINGUNO MÁS!”, lo prometo lo transmito a vosotro@s,  la nueva savia que florece”. ¡MUCHA SUERTE!
 
 
Perdonar si en mi pobre dialéctica, no he sido lo suficiente locuaz, para transmitir mis sentimientos a quienes tengan, la osadía de  leer estas líneas.
 
Rosario Catalán Martínez 

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