miércoles, 5 de noviembre de 2014

REFLEXIÓN PERSONAL SOBRE LA GESTIÓN DE LOS RECURSOS HUMANOS EN LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA.

Reflexión personal realizada por: Mª Esperanza Martínez Sánchez

“El mismo dilema de siempre”. Todos nos preguntamos porque funcionan tan mal las administraciones o porque la mayoría de empleados públicos no da un trato satisfactorio al público. El descontento de las personas con el trato de muchos funcionarios es palpable por todos. Yo siempre me pregunto lo mismo ¿Cómo puede ser que alguien que trabaja cara al público pueda dar esa imagen? Y la única respuesta que saco en claro es que NO se debe al carácter de la persona. Cuando vamos a una empresa privada el trato es exquisito, y no es casualidad. Las empresas privadas exigen a sus empleados un trato y una eficacia impecable porque es la única vía para que la empresa siga funcionando y ganando dinero, sin embargo las Administraciones Públicas en mi opinión tiene una gestión de los recursos humanos catastrófica. Este motivo es uno de tantos para que no funcionen bien, al cual se une la seguridad del puesto de trabajo… ¿Qué más da la eficacia y el trato al público si hagas lo que hagas me van a pagar igual y no me van a echar?... ¿Cuántos funcionarios se harán está pregunta?...
La administración pública necesita una gran reforma en todos los sentidos, es un organismo financiado por todos y por lo cual debería funcionar mucho mejor que una empresa privada.
Tiene tantas deficiencias… que no sé por dónde empezar. Pero empezaré diciendo que lo primero que debería cambiarse sería la política del puesto fijo, es algo que da mucha seguridad y la seguridad en algunos casos nos impide crecer, ir más allá. Por supuesto otro factor importante es la productividad del funcionario. Se necesita controlar esa productividad y fijar un sueldo conforme a ella. No solo vale hacer oposiciones y alcanzar un puesto fijo, y solo por estar ahí por mérito, puedes hacer lo que quieras.
Motivación, otro punto fuerte sobre el que se debería reflexionar. Es complicado en un administración motivar a sus trabajadores, ya que en sí no se puede comparar en ese aspecto con una empresa privada, la cual implanta objetivos y motivan a sus empleados para alcanzar esos objetivos, lo cual conllevaría superar a la competencia y crecer. Aunque es difícil aplicar lo anterior a las AAPP ya que son funcionamientos distintos, se deberían de crear programas de motivación e intentar fundar ideas nuevas para que esto se pueda llevar a cabo.
Vamos a mi última propuesta y creo que la de todos viendo como va el país. El control. Control sobre todos los funcionarios tanto altos cargos como pequeños y medianos cargos. ¿El problema? Tiene fácil respuesta hay poco control y los que tienen que controlar se dedican a otra cosa… Con respecto a este tema debería haber un proceso de selección para el personal que ocupa estos puestos de control exhaustivo, “lo mejor de lo mejor”. No podemos fiarnos de personas solo porque haya estudiado y hayan opositado. Necesitamos a personas implicadas con el cargo, eminentes en la materia, y seleccionada minuciosamente por otras personas, no por exámenes. Y por supuesto no hay que decir que sobre todo estas personas que se dedican al control, a la inspección tendrían que tener una pena de cárcel muy superior a los demás si infringieran la ley.
En conclusión, desde mi escasa práctica en AAPP, propongo cinco iniciativas:
La gestión por competencias, la evaluación de los recursos humanos clásicos, la gestión del conocimiento, el desarrollo de sistemas de información y, finalmente, el rol de la comunicación interna.


2 comentarios:

  1. Buenas noches, acabo de leer tu reflexión y permíteme decirte que no comparto esta visión de la Administración, aunque la respeto y comprendo, no puedo evitar sentir cierta pena al leer este tipo de comentarios.

    Respecto a tu afirmación de que la mayoría de los funcionarios no dan un trato correcto a los administrados, me parece hacer demasiado extensivo esta mala práctica, cierto es que todos nos hemos encontrado alguna vez con malas caras y contestaciones no del todo agradables en alguna que otra ventanilla cara al público, pero te puedo garantizar que son los menos, la gran parte del funcionariado trata con respeto y amabilidad a los administrados porque entre otras cosas es uno de sus deberes tal y como reconoce el art 54del EBEP.

    En mi opinión sí que depende del comportamiento individual de cada funcionario , y desde mi experiencia personal te aseguro que la mayoría trabajan mucho y bien, sin que pueda cuestionarse su profesionalidad, ni en el cumplimiento de su trabajo donde sí que preocupan por la eficacia y eficiencia y se esfuerzan por mejorarla día a día. Por otro lado no olvidemos que “funcionarios” no sólo son los clásicos de uniforme y manguito como se suele decir, funcionarios son los profesores de nuestros hijos, los médicos que nos atienden, los profesores universitarios, policías, bomberos, etc… teniendo éstos un fuerte componente vocacional, donde no se les puede discutir su motivación.

    Te puedo hablar de lo que conozco, hay administraciones como el Servicio Andaluz de Salud hace años que se implantó la gestión por competencias, existe un modelo novedoso de carrera profesional, se evalúa el desempeño, etc....Así pues, la inamovilidad a la que te refieres se combate con cursos de formación continuada, reciclaje personal, carrera administrativa..etc…

    Con esto no quiero afirmar que nuestras Administraciones no tengan problemas que es obvio que existen y muy importantes; más bien quisiera dejar patente mi opinión de que el error de funcionamiento está en niveles muy superiores al del funcionariado y hay que buscarlo en la propia organización.

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  2. Estoy de acuerdo con la reflexión realizada por la compañera Mª Esperanza Martínez Sánchez, considero que hay una falta total de motivación y una excesiva seguridad en los funcionarios de la Administración Pública.
    Yo sí estoy cansada de ir a una ventanilla y que no me den ni los buenos días y más que cansada, enfadada y harta de que en los hospitales muchos médicos y demás personal de los mismos te traten de forma prepotente, soberbia y de mala gana, cuando bajo mi punto de vista es de las profesiones que MÁS vocación debe tener ante ninguna otra (pongo ese ejemplo como puede haber en muchas otras profesiones).
    Me parecería justo que a todos los funcionarios se les sometiera a un control de rendimiento en sus obligaciones del mismo modo que de su atención al público ya que es hasta denigrante para muchas personas el trato que algunos le dan, creyendo estar en potestad de hacerlo, como todos sabemos la Administración Pública está para servir con objetividad los intereses generales.

    Comentario realizado por: María Magdalena Fernández Castro.

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