lunes, 3 de noviembre de 2014

UNA DE CADA TRES BAJAS MÉDICAS DE LOS EMPLEADOS PÚBLICOS ES FRAUDULENTA


NOTICIA PROPUESTA POR: Mª Esperanza Martínez Sánchez

Los controles para detectar este fraude comenzaron a realizarse el 1 de julio de 2010, a través de Muface y en colaboración con el Instituto Nacional de la Seguridad Social. El objetivo era hacer un seguimiento de las situaciones de incapacidad temporal, como son las bajas médicas de los funcionarios que tengan una duración superior a veinte días.


Controles

De los 20.316 reconocimientos practicados, solo en 12.554 se mantuvo la situación de incapacidad, suponiendo un 61,79 por ciento. En un 50,01 por ciento de los casos examinados se recomendó el inicio del procedimiento de jubilación por incapacidad permanente para el servicio.
Uno de los datos más destacados del resultado es que uno de cada cinco trabajadores, el 19.04 por ciento, que pasaron el reconocimiento recibió el alta médica y se tuvo que incorporar al trabajo al día siguiente. Además,otro 14 por ciento de los mutualistas no compareció a la cita fijada. Ello supone que uno de cada tres reconocimientos efectuados tuvo como resultado el alta médica o la incomparecencia del interesado.
Este estudio también ha detectado que en aquellos periodos que coinciden con días festivos o vacaciones, el número de procesos de incapacidad temporal es sensiblemente inferior al resto del año. Así, si en el mes de marzo de 2011 se produjeron 11.051 bajas y en octubre otras 11.969, en julio disminuyó hasta las 2.547 y en agosto a 2.917. En diciembre se contabilizaron 4.133, muy por debajo de la media, y en abril, que el año pasado coincidió con la Semana Santa, fueron 7.772.
Como consecuencia de esta disminución de las bajas, el pago de los subsidios por incapacidad temporal también cayó antes de los meses de vacaciones, ya que al producirse el alta se cobra íntegramente la retribución. Estos datos indican la existencia de una bolsa de absentismo irregular por incapacidad temporal por la plenitud retributiva de la que gozan los mutualistas del Régimen Especial de la Seguridad Social de los funcionarios. Los trabajadores de la empresa privada, al estar encuadrados en el Régimen General de la Seguridad Social, ven reducidas sus retribuciones durante los veinte primeros días de enfermedad.
La segunda reforma estaba encaminada a reducir los días libres que disfrutaban los funcionarios, pasando de once a seis, asemejándolos a los trabajadores del sector privado. En total, esta reforma se traducirá en un ahorro real de 455.658 días moscosos y 324.007 días de vacaciones adicionales entre los funcionarios de carrera, que ahora tendrán que trabajar, de 7.491 «moscoso» adicionales para el personal laboral y 17.643 días de vacaciones adicionales para el personal laboral. En la Administración General del Estado trabajan 159.704 funcionarios de carrera y 66.446 eventuales.

Canosos y moscosos

Los once días libres que tiene los funcionarios de carrera se distribuyen de la siguiente forma: seis moscosos, tres canosos y dos de vacaciones extras. A estos hay que sumar las vacaciones. Siete de cada diez funcionarios de carrera tiene días extras adicionales a los seis días de asuntos propios con los que cuentan todos los empleados públicos. En este sentido, se dan casos en que funcionarios con 18 trienios de antigüedad tienen más días libres adicionales que de vacaciones (6 moscosos+13 moscosos adicionales+4 de vacaciones adicionales). Con la reforma, los seis días de libre disposición (moscosos quedan reducidos a tres. Además, a partir del sexto trienio los canosos, se eliminan.
Al ser una normativa básica, es de obligado cumplimiento para todas las administraciones, por lo que el ahorro se puede multiplicar por tres.
Noticia originariamente publicada por: http://www.abc.es/20120719/espana/abci-bajas-medicas-fraudulentas-201207191627.html

2 comentarios:

  1. Realizado por: Marta Berrocal Rodríguez

    Esta noticia refleja un claro ejemplo de lo que es sobrepasar los principios éticos.

    Se otorga a los trabajadores la garantía de disfrutar sin trabas de situaciones de incapacidad en el trabajo, pero son esos mismos trabajadores los que destruyen ese derecho, ya que a la mínima de cambio vemos como muchos aprovechan la oportunidad de excederse en su derecho de baja laboral sin justificación real. Se vulnera claramente el principio de buena fe.

    Un equipo de trabajo en el que sus componentes tengan más ganas de escaparse del trabajo en cuanto puedan que de realizar sus actuaciones de manera más eficaz, originará un clima de trabajo defectuoso con resultados negativos.

    Se observa en la noticia como los días festivos hay muchas menos bajas por incapacidad. Es una realidad, por tanto, que la rutina laboral condiciona a estar más susceptible de solicitar una baja.

    Por tanto hay que reflexionar en ello y saber motivar a los trabajadores a ejercer con ímpetu sus funciones, ya que será más satisfactorio disfrutar las vacaciones a las que tengan derecho si lo han conseguido después de realizar un buen trabajo.

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  2. Realizado por: Francisco José Rivero Rivas

    Interesante noticia propuesta por la compañera. Los datos están ahí: uno de cada tres reconocimientos efectuados tuvo como resultado el alta médica o la incomparecencia del interesado. Esto es algo inaceptable, tanto en el sector público como en cualquier otro ámbito laboral. En cuanto al sector público, estas bajas fraudulentas nos afectan a todos; quién no, en su relación con la Administración no ha sufrido la ausencia de un empleado público que llevaba nuestro caso o nuestra historia administrativa, teniendo que suplirle otro empleado público que nada sabe acerca de lo nuestro.
    En esta noticia se habla de las bajas médicas, pero hay otro tipo de ausencia en el puesto de trabajo. Entiéndase, el absentismo presencial. Es decir, aquellos empleados públicos que aunque están en su puesto de trabajo pero no lo desempeñan con normalidad (retrasos y poco rendimiento, baja concentración y muchas interrupciones, uso del ordenador para otros fines, etc.). Este tipo de actitud también afecta igualmente a los administrados, creando un clima en la sociedad de apatía hacia la imagen del empleado público que perjudica a aquellos que sí hacen bien su trabajo.
    Por tanto, estos controles de inspección a los que alude la noticia, son fundamentales para crear en la conciencia de los trabajadores la gravedad de esta actitud fraudulenta. Pero aunque el control disciplinario es imprescindible, hay que tratar de resolver el problema buscando su origen. La insatisfacción laboral está detrás de un porcentaje importante de estas bajas médicas. Así, es necesario comprobar si la plantilla se siente suficientemente motivada.
    Pueden ser útiles los programas de coaching para el desarrollo de profesionales y equipos autónomos, los programas de retribución por competencias y los planes de incentivos y motivación. Incluso en casos realmente graves, podría establecerse una prima por reducción del absentismo bien de forma permanente o limitada, sin que esto llegue a convertirse en un derecho adquirido para los empleados públicos.
    Pero a veces la causa oculta que está detrás de estas bajas médicas no tienen que ver con los propios empleados públicos, sino en sus jefes directos o en condiciones inadecuadas de trabajo; de esta manera se hace necesario establecer un diálogo con los mandos intermedios y con los empleados (tanto los que generan las bajas médicas como con los que no) para averiguar la causa. Si las condiciones no fueran evitables, al menos se podría disminuir la presión con aumentando el tiempo de descanso en la labores más estresantes, rotación entre los compañeros para repartir la carga de presión, y medidas afines.

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