martes, 7 de enero de 2014

1ªNoticia Bloque 3:La Universidad acumula un recorte del 16% desde el inicio de la crisis

Los 10 campus públicos de la comunidad pierden 223 millones entre 2009 y 2014
Las 10 universidades públicas de Andalucía tampoco han escapado a la tormenta económica que azota al país desde 2008. Entre 2009 y 2014, los recursos que la Junta de Andalucía presupuesta para la enseñanza superior se han reducido un 16,74%. En el Presupuesto regional de 2009 se reservaron 1.334 millones de euros. Para 2014 están previstos 1.110, es decir, 223 millones menos, según el análisis realizado por el Gabinete de Estudios del sindicato CC OO.
Si se comparan las cuentas de 2013 y las del año que acaba de comenzar, la reducción se sitúa en el 3,8%, lo que supone 44 millones de euros menos en 2014. Sin embargo, la caída no ha sido constante desde 2009 y entre un año y otro se han producido "altibajos", según resalta CC OO.
El gran recorte lo sufrieron las universidades públicas andaluzas en 2012. En la primavera de ese año el Ministerio de Educación aprobó un real decreto que, entre otros asuntos, aumentaba la carga docente de los profesores, lo que afectaba a las plantillas. Además, la Junta de Andalucía implantó en mayo de 2012 un plan de ajuste financiero que planteaba recortes para ceñirse al límite de déficit. Finalmente, las universidades de la comunidad sufrieron una merma de 130 millones de euros. Dentro de esa cantidad se incluyeron la reducción del 5% del sueldo de los trabajadores públicos impuesta por el Estado (45 millones) y la paralización de las infraestructuras científicas y generales (otros 53).
Los rectores y el secretario general de Universidades de la Junta, Francisco Triguero, se reunieron a finales de diciembre para abordar la financiación de los campus. El actual modelo, que empezó a aplicarse en 2007 y debía estar vigente solo hasta 2011, está prorrogado hasta finales de 2014. Es decir, los rectores y la Consejería de Economía deben negociar un nuevo modelo para aplicar a partir de 2015. "Hemos cumplido escrupulosamente el modelo", sostiene Francisco Triguero. "Con exquisita generosidad pese a las dificultades", recalca. El responsable de la enseñanza superior del Gobierno regional también apunta a las medidas aprobadas en la primavera de 2012 por el Ejecutivo central para explicar la reducción en la financiación de los campus en los últimos años.
Pero hay más factores. El modelo de financiación está vinculado al Producto Interior Bruto regional. La Junta se compromete a aportar a la enseñanza superior el 1,05% del PIB y las universidades deben captar recursos hasta alcanzar el 0,45% del PIB. Cuando se ideó está fórmula se buscaba que la Universidad incrementara sus recursos económicos cada ejercicio. Pero la crisis también ha trastocado estos planes: el PIB andaluz, al igual que el del resto del Estado, ha menguado. Según los últimos datos aportados por el Instituto Nacional de Estadística, el PIB andaluz cayó un 1,9% entre 2009 y 2012.
Algunos responsables universitarios apuestan por cambiar esta fórmula para el próximo marco financiero. Antonio Ramírez de Arellano, rector de la Universidad de Sevilla, cree que sería necesario "desligar" la financiación del PIB para buscar una "receta estable". Triguero sostiene que es pronto para abordar este asunto porque todavía no se ha empezado a analizar el futuro del modelo. Aunque sí ofrece alguna clave. "El salto quizás pueda ser que parte de la financiación sea por objetivos de satisfacción social", indica Triguero.
A la hora de hacer balance, el rector Ramírez de Arellano valora el modelo de financiación actual, porque ha aportado "estabilidad". Las quejas de los responsables universitarios de la comunidad no se han centrado en los últimos años en el modelo, sino en su aplicación. Los rectores han advertido en varias ocasiones de los retrasos en los pagos, lo que ha provocado que la Junta adquiera con las universidades una deuda que ha llegado a alcanzar los 800 millones de euros.
"Ahora tenemos menos deuda que el año anterior", afirma Francisco Triguero, que, sin embargo, no la cuantifica en este momento. El rector sevillano afirma que en los últimos meses de 2013 la Junta y el Gobierno central han inyectado fondos a los campus que han permitido "relajar la presión". Ramírez de Arellano sitúa la deuda actual entre los 500 y 600 millones. Por un lado, el Estado transfirió en noviembre a los campus andaluces 94 millones para pagar a proveedores. Además, en las últimas semanas de diciembre la Junta ingresó otros 150 millones a las universidades.


Noticia publicada por : Manuel Jesus Antequera Lindo 



2 comentarios:

  1. Comentario realizado por Mª Carmen Aranda Vergara.

    Las universidades públicas están cada vez mas asfixiadas debido a la deuda que las Comunidades Autónomas, en nuestro caso la Junta de Andalucía, contraen con ellas. En vez de el dinero que les corresponde lo único que obtiene son aplazamientos y recortes por parte de las Comunidades Autónomas.

    El principal problema es que tras los recortes, ajuste en la plantilla, ahorro en luz y en electricidad, etc. siguen sin poder pagar a sus proveedores. Son éstos (los proveedores) y los alumnos quienes están sufriendo el efecto de esta deuda ya que, a veces, nos olvidamos de que estos proveedores también son personas que trabajan para poder mantener a su familia y que si las universidades no les paga por su trabajo, difícilmente podrán llegar a fin de mes.

    Por otra parte, los alumnos también sufren esta deuda ya que la calidad de la enseñanza está bajando al tener clases más repletas de personas con profesores que no dan abasto para atender a tantos alumnos. Bueno, y ya no hablemos de la subida en las tasas de la matrícula. La subida ha sido monumental y hay personas realmente preocupadas por cómo se van a pagar la matrícula el siguiente curso.

    La respuesta del Estado a esta preocupación por el pago de las matrículas es seguir subiendo los requisitos para el acceso a las becas. Justo ayer, estaba hablando con los compañeros de este tema de las becas, de que hay familias con bastante recursos que obtiene becas y, otras en las que no llegan a fin de mes y por tener un 6.35 en vez de un 6.5 no obtienen ni un solo euro. Os lo digo porque sé que es real, porque es lo que ha ocurrido en mi casa, en donde somos 5 de familia, con mi padre parado desde hace un año y en donde mi hermana por tener un 6.35 en vez de un 6.5 no ha recibido la beca. Recordemos que el gasto de universidad no es sólo la matrícula sino libros, apuntes, material, autobús diariamente (y que precisamente no son baratos), etc.

    A este respecto, la rectora de la Universidad de Málaga, ha creado el Programa Mecenazgo de la Universidad de Málaga en el que se aceptan donaciones para poder pagarles la matrícula a las personas que no hayan obtenido becas pero, sinceramente, no creo que sea muy efectivo ya que nuestra sociedad no se caracteriza precisamente por la generosidad.

    Bueno dejo mi indignación a un lado y concluyo diciendo que somos los alumnos, proveedores y profesores los que estamos pagando esta deuda contraía por las CCAA que, curiosamente, no tienen dinero para pagar a las universidades pero sí para los bancos y otros tipos de instituciones privadas y, por supuesto, para su sueldo y el de sus colegas.


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  2. La crisis ha puesto en evidencia la situación arcaica que arrastra el conjunto de las estructuras universitarias, entre los muchos aspectos que no se han renovado se encuentra la financiación, que continua siendo de forma exclusiva dependiendo de la administración, de forma que ahora se ve ahora como un problema. La cuestión no es si la financiación depende o no del PIB, o si se cumplen determinados objetivos económicos, sino en dar un enfoque distinto de cual es la función social que debe jugar la Universidad, no solo la de formar a sus alumnos, sino la de ser el motor de investigación y desarrollo, devolviendo a la sociedad las inversiones que recibe de ella. Es precisamente la desconexión entre la Universidad y la sociedad la que produce los problemas económicos, puesto que nadie invierte en algo que no devuelve dicha inversión. Por lo tanto la dependencia económica de la Administración es el resultado de la falta de adaptación a las exigencias sociales y no el problema.

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