En el primer contacto del
empleado con la organización, un buen procedimiento de integración es esencial
para además de reducir la ansiedad, la tensión y la inseguridad, durante esos primeros
momentos en la entidad, también lo es para que el trabajador se sienta cómodo
con la entidad, se adapte a la perfección, no desee salir de la organización y
por tanto se esfuerce a la hora de realizar su trabajo para así conservar su
puesto.
Muchos empresarios parece que no
se dan cuenta de la importancia de un buen proceso de integración y de
formación. Cualquier organización donde se produzca un contrato, y al
trabajador de forma inmediata lo coloquen en su puesto de trabajo, comete un
grave error.
Al nuevo trabajador hay que
hacerle sentir que realmente pertenece a la organización, para ello antes de
empezar a realizar efectivamente su trabajo es necesario una previa información
técnica, la descripción del puesto, sus tareas y responsabilidades; Además es
necesaria una información organizativa donde se le debe informar al trabajador los
productos y servicios comercializados, los mercados en que actúa, una visión
general de la estructura y organigrama de la organización etc. Por último y más
importante conocer la cultura de la organización, las normas, las
instalaciones, hacerle una presentación de sus jefes, compañeros… Todo esto
junto con un buen seguimiento del trabajador especialmente durante el periodo
de prueba, provocará que el trabajador se sienta identificado con la
organización, conllevando un sentimiento de lealtad hacia ella y un esfuerzo de
superación continuo.
Parece ser que a los empresarios
les cuesta entender esto. No velan por la comodidad de sus trabajadores ni
mucho menos por su estabilidad. Hoy en día lo que “está de moda” son contratos
temporales y precarios, quemar al trabajador y cuando se les finalice el
contrato nos buscamos a otro que ocupe su lugar y vuelta a empezar.
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