Por una formación de acuerdo con
los principios de eficacia y eficiencia.
Si
acudimos a nuestro texto constitucional en su artículo
103 de la Constitución establece que la Administración Pública sirve con objetividad
a los intereses generales, y actúa de acuerdo con los principios de eficacia, jerarquía,
descentralización, desconcentración y coordinación, con sometimiento pleno a la
ley y al Derecho. Centrándome en la eficacia y la eficiencia creo que la
formación del funcionario es uno de los pilares esenciales de la Administración
Pública.
Desde
mi punto de vista abogo por una formación multidisplinar, puesto que los
servidores públicos tienen que ser capaces de enfrentarse a múltiples
situaciones a las que deberá dar solución con suficiente garantías, siempre
intentando lograr la eficacia y la eficiencia en su gestión.
Por
ello pienso que es necesario que la Administración establezca planes de
formación continuos, puesto que el personal público debe permanecer en continua
formación. Pienso que es fundamental que los funcionarios públicos no se
estanquen en funciones rutinarias, provocando así una desmotivación del
empleado, por esa razón creo que sería fundamental implantar un sistema de
rotación de puestos de trabajo, de tal manera que el empleado no quede “estancado”
en un determinado puesto, mejorando así la calidad del servicio prestado al
ciudadano.
Por
otra parte pienso que es necesario establecer un periodo semanal de horas,
(siempre dentro de la jornada laboral) destinado a mejorar la formación del
empleado público dentro de las distintas áreas de la Administración. Con todo
ello pretendiendo alcanzar nuestros objetivos constitucionales de eficacia y
eficiencia.
REFLEXIÓN PERSONAL: RAFAEL DELGADO RODRÍGUEZ
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