miércoles, 15 de enero de 2014

Reflexión personal

Por una formación de acuerdo con los principios de eficacia y eficiencia.
Si acudimos a nuestro texto constitucional en su artículo 103 de la Constitución establece que la Administración Pública sirve con objetividad a los intereses generales, y actúa de acuerdo con los principios de eficacia, jerarquía, descentralización, desconcentración y coordinación, con sometimiento pleno a la ley y al Derecho. Centrándome en la eficacia y la eficiencia creo que la formación del funcionario es uno de los pilares esenciales de la Administración Pública.
Desde mi punto de vista abogo por una formación multidisplinar, puesto que los servidores públicos tienen que ser capaces de enfrentarse a múltiples situaciones a las que deberá dar solución con suficiente garantías, siempre intentando lograr la eficacia y la eficiencia en su gestión.
Por ello pienso que es necesario que la Administración establezca planes de formación continuos, puesto que el personal público debe permanecer en continua formación. Pienso que es fundamental que los funcionarios públicos no se estanquen en funciones rutinarias, provocando así una desmotivación del empleado, por esa razón creo que sería fundamental implantar un sistema de rotación de puestos de trabajo, de tal manera que el empleado no quede “estancado” en un determinado puesto, mejorando así la calidad del servicio prestado al ciudadano.

Por otra parte pienso que es necesario establecer un periodo semanal de horas, (siempre dentro de la jornada laboral) destinado a mejorar la formación del empleado público dentro de las distintas áreas de la Administración. Con todo ello pretendiendo alcanzar nuestros objetivos constitucionales de eficacia y eficiencia. 

REFLEXIÓN PERSONAL: RAFAEL DELGADO RODRÍGUEZ

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