miércoles, 15 de enero de 2014

La formación y éxito en las organizaciones


Opinión personal


Como sabemos, la finalidad de cualquier empresa es alcanzar los objetivos propuestos de forma eficiente y eficaz, necesitando para ello algo fundamental como es la “formación de personal”.


Así por ejemplo, una persona invierte parte del tiempo de su vida en prepararse estudiando para posteriormente poseer una titulación y con la cualificación adquirida, el siguiente paso podría ser formar parte de una empresa, ya sea privada o pública.

Una determinada entidad puede estar constituida por un número grande o pequeño de personas, cada una de ellas ocupando diversos cargos: directivos, empleados, auxiliares, etc, en función de la cualificación que posean. Pero todas ellas tendrán en común la necesidad de formación para poder alcanzar las metas u objetivos de la empresa.

Tanto aquellas que ya son miembros de la empresa y poseen cierta antigüedad o son recién contratados en la misma, van a necesitar formación (ya que no es algo que se adquiera y finalice al poseer una titulación) si no que es algo que debe hacerse de forma continuada en el tiempo,  para adaptarse a los nuevos cambios y gran competitividad del mundo empresarial.

Con esta formación se pretende mejorar el rendimiento, la productividad y es sin duda uno de los elementos más importantes de una organización puesto que va a influir en las respuestas que se den a las demandas del entorno.

Pero todas estas “buenas intenciones” no deben quedarse tan solo en meras propuestas, si no que tienen que pasar a la acción, materializando las mismas en un “Plan de Formación”,  donde se detallen las actividades concretas de los empleados para un periodo de tiempo determinado y se tengan en cuenta las características de las personas que van a ser destinatarios del mismo, entre otras cosas.

Este plan de formación cuenta con una serie de etapas para su desempeño; pero ¿realmente estas fases se llevan a cabo?

Este Plan no es una tarea simple, supone inversión, coste en personal, recursos y tiempo, pero resulta esencial para el correcto funcionamiento de las empresas.

Quizás este sea uno de los problemas de las empresas y que desemboca en la realización de tareas  de forma no efectiva y por ello considero  necesario que haya una correcta organización, reparto de tareas,  funciones, objetivos en la organización para que se satisfagan “necesidades primarias” como es la de la correcta elaboración y ejecución de un Plan de Formación. Para conseguir una “formación idónea” se necesitará a una persona o un grupo de personas según las necesidades de cada empresa que se dediquen de forma exclusiva a ello.

Para finalizar, destacar que hay que desechar “falsas creencias” tanto por el personal como por los empresarios para que realmente se ejecute este Plan , ejemplo de esas “trabas o creencias” podrían ser:

Creencia en los trabajadores de que la adquisición de conocimientos nuevos ha de tener como consecuencia necesaria un aumento salarial o promoción, cuando lo que se busca con la formación es el desarrollo  a nivel personal y profesional que mejorará el desempeño del puesto de trabajo y conllevará al progreso de la entidad. O también la oposición de los jefes para llevar a cabo actividades formativas cuando van a ser ellos mismos los que van a beneficiarse a través de la mejora en la eficacia y productividad del equipo que integran.


Realizado por: Irene Tarifa Galisteo



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