sábado, 11 de enero de 2014

¿Se mide la profesionalidad o el conocimiento?

Entrada personal realizada por Jorge González Guzmán.

Como pueden apreciar en el título de la entrada personal, la cuestión a tratar versa sobre la eficacia y eficiencia de la afectación del personal de la administración mediante pruebas de selección. Por experiencia ajena, he podido ver que no siempre es así.

El artículo 103.1 de nuestra Constitución nombra los principios sobre los que la Administración sirve con objetividad al interés general y, por ende, los principios que deben seguir quienes integran la Administración: sus empleados. Aunque, en algunos casos, éstos empleados públicos no pasen pruebas de selección o no las superen como es el caso del personal eventual y los funcionarios interinos respectivamente.

Pese a la tendencia en nuestra Administración de adelgazarla de personal, la mayoría de empleados públicos son sometidos a pruebas de selección realizadas bajo el principio de publicidad y, las cuales, se evaluarán mediante los principios de igualdad, mérito y capacidad.

Sobre el papel parece que, a partir de estas pruebas de selección, se escogerán a los mejores empleados públicos posibles, ya sean funcionarios de carrera o personal laboral. Bien, pues esta cuestión es la que queda en entredicho. Las pruebas de selección acorde a los principios antes mencionados son oposición, concurso y concurso-oposición, de las cuáles, la primera mide el nivel de conocimientos de quien oposita para una plaza, el concurso mide los méritos que quien oposita ha obtenido tras un periodo de trabajo en la administración y el último mide ambas cosas.

La cuestión planteada es sobre si estas pruebas de selección sirven para escoger a quien más conocimientos tenga o a quien sea más capaz para desempeñar un puesto en la Administración. Obviamente, quien no posee una cierta formación o conocimientos, no podrán desempeñar según qué puestos, pero el conocimiento no es lo único: una persona puede conocerse de cabo a rabo las distintas vicisitudes del puesto o cargo que desempeña, pero la realidad en el ámbito laboral es bien distinta.

Por ello, habrá que plantear, en mi opinión, pruebas de selección en las que se busquen a las personas capacitadas profesional y conceptualmente para desempeñar el puesto, manejando las vertientes de aptitudes profesionales con los conocimientos que esa persona posea para adecuar el proceso de selección al puesto que se quiere cubrir, y pienso que habrá que amoldarlo en cada caso.

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