A veces, cuando uno se encuentra bloqueado y sobre todo desanimado, es bastante difícil que fluyan las ideas y conclusiones, pues la verdad es que con tanta información y viendo la realidad actual en la que nos encontramos, me supone un verdadero colapso mental.
En los primeros temas, bueno en el primer bloque, todo me parecía nuevo y muy real, con toda la teoría bastante plasmada en la práctica, pero conforme avanza el curso, o los temas, todo me parece más teórico, y aunque real, se desvía un poco de las circunstancias actuales en que nos encontramos. Me refiero a la motivación de los empleados púbicos, los líderes del sector público, la situación de la de los empleados, grupos y equipos de trabajo en el Servicio Público, etc.
Lo que debería hacerse para que la Admón. funcionase mejor, sería hacer casi todo lo contrario de lo que están haciendo, y eso sería motivar al personal que presta servicios en nuestra Administración Pública, que para eso es de todos y que según dicen, lo que prima es el interés general. Pero lo que hacen es todo lo contrario, presionarnos, bajarnos los sueldos, horarios más largos, menos valoración personal y menos formación, sólo les importa rebajar costes, que ellos mismos inflaron creando mucha infraestructura, que ahora es “muy costosa”, bueno, más bien costamos mucho y además sobramos, pero… ¿Para qué?, ¿Se llega a una solución?, o más bien ¿Se lía más la situación?, bueno que cada uno analice y reflexione.
Cuando los empleados tanto públicos como privados, están inmersos en un entorno laboral justo y proporcionado, en el más amplio sentido de la palabra, y consiguiendo el poder tener un día a día que recompense su esfuerzo, tanto en lo económico como en lo laboral y personal, además de tener sus necesidades y aspiraciones cubiertas, y poco a poco viendo cumplirse sus metas, éstos desempeñan sus funciones con más intensidad, de forma efectiva, responsable y relajada, dedicando más esfuerzo a la realización de sus funciones y obteniendo por lo tanto un alto nivel de productividad, sintiéndose con sentido de pertenencia y comprometidos con la tarea. De esta forma, todos los individuos se sienten interrelacionados entre sí y su objetivo común, es el mismo que el de la empresa o administración a la que pertenecen.
En cambio, cuando nos encontramos con una organización controladora, opresora e injusta y desproporcionada, donde los responsables consideran al personal como un gran coste y éstos no encuentran satisfechas ni sus necesidades, ni sus metas o aspiraciones, además de no encontrarse para nada integrado en la organización, no teniendo por lo tanto ningún sentido de pertenencia a la misma, los resultados son negativos, con una baja productividad y con un aumento de la conflictividad interna.
En cuanto a los líderes, pienso que la mayoría, no tienen formación adecuada en lo que respecta a recursos humanos, a la hora de sacar partida y logar la eficacia y eficiencia tan necesaria, pero lo que si tienen es un gran idealismo político, o más bien “sus” ideas políticas. La inmensa mayoría de las veces no organizan los departamentos o funciones del personal, más bien las lían, al no tener formación de lo público y enfurecen al personal al ver las desigualdades en trato, productividades no relacionadas con el esfuerzo o formación, ascensos injustificados, etc.
En resumen, creo que con tantos fallos, habría que cambiar muchos líderes, o más bien la mayoría, y que los que dirigiesen las Administraciones Públicas y realizasen todas estas funciones, fuesen técnicos competentes en asuntos que tengan conocimientos a la hora de aplicar métodos y técnicas de trabajo en equipo para coordinarlo todo de forma que se puedan garantizar el cumplimiento de los objetivos perseguidos por cada organización y con una buena organización interna desde el principio del eslabón hasta el final.
Para mí, el factor humano en toda organización, ya sea pública o privada es el más importante, pero la verdad es que en la práctica, sobre todo en la parte que conozco más de cerca como es la Administración Pública, no es lo que parece importar más, pues la mayoría de los líderes formales no saben o no tienen formación adecuada al respecto, su formación es más bien política y de cara al exterior, como comenté anteriormente.
En general, las personas trabajan por compensaciones económicas, porque les gusta realizar su trabajo o por las expectativas de progreso, pero en las Administraciones Públicas la motivación no funciona del mismo modo que en la empresa privada. Cuando se estudia la motivación de los trabajadores hay que diseñar un plan de actuación para que todo esto funcione.
En cualquier organización que necesita del trabajo de una diversidad de personas para lograr sus fines, las políticas de Recursos Humanos y el estilo de dirección deben actuar integrando las expectativas de cada uno de sus profesionales y no derribándolas.
También hay que reconocer que en la situación en que se encuentra la Admón. Pública, es necesario un gran cambio, para adaptarnos a las nuevas tecnologías y a todas las competencias externas y mercados.
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