MODELO DE CALIDAD TOTAL. 

   Reflexión personal de Paula  Martín 

  Mirando un poco hacia atrás, la motivación en el trabajo no existía, los hombres sentían repugnancia  por el trabajo, por el esfuerzo y por la responsabilidad que implicaba. El pensamiento era que se trabajaba para obtener un salario que les permitiera satisfacer sus necesidades. Ante esta actitud pasiva, los hombres eran fácilmente explotados, manejables, dirigidos  y controlados en su trabajo.  Con el paso del tiempo, el colectivo de los trabajadores pudo comprobar que no sólo las recompensas económicas pueden ser la única motivación, sino que hay también recompensas sociales, simbólicas y no materiales.  Al ser conscientes de esto también se trataron de satisfacer las necesidades sociales en el mismo lugar de trabajo. Es decir, una vez cubiertas las necesidades primarias, las personas deben cubrir otro tipo de necesidades de carácter social. Exigen derechos. Una nueva clase social se abre paso: es el proletariado.

    Actualmente, en la situación económica que se encuentra nuestro país, se ven afectadas  las empresas del mismo. Las tendencias empresariales han cambiado, los intereses laborales y sobre todo la necesidad de reducir costes, han llevado a las empresas a pensar en los equipos como una forma de trabajo habitual.  Es una gran fuente de motivación, y formación para los trabajadores, además de una forma de satisfacer las recompensas sociales como ascensos y  reconocimiento de trabajo. Para alcanzar las metas y mantener el éxito en la organización se requieren talentos prácticamente imposibles de encontrar en un solo individuo. Las nuevas estructuras de las organizaciones requieren una relación entre personas que solo puede conseguirse con una actitud cooperativa. Dos cabezas piensan mejor que una, y tres mejor. Para que el equipo funcione es necesario tener claro lo que se quiere lograr y reconocer los labores de trabajo de cada uno. Todo esto tendrá como beneficio la disminución de la carga de trabajo, la mejora en los resultados, aprender a escuchar y a respetar, la mejor organización y, por supuesto, el salto cualitativo de la empresa.