Cuaderno de bitácora de los alumnos de la asignatura "Organización y gestión de recursos humanos" del grado de "Gestión y Administración Pública".
martes, 20 de noviembre de 2012
El liderazgo ideal en la Administración pública
Noticia creada por Rocío Carmona Nieto.
Publicado el 29-01-2009, por Oscar
Cortés. Vicepresidente del Club Dirección Pública Esade Alumni
La elevada complejidad de la sociedad actual unida a un contexto
marcado por la crisis económica presenta un escenario con elevada
demanda de liderazgo en los diferentes ámbitos público, empresarial
o social. Aunque abordar el concepto de liderazgo en lo público no
es fácil, la Administración, como elemento clave en la provisión
de valor público y bienestar social, también demanda líderes y
equipos capaces de emprender procesos de reforma.
Mirando a la cúpula de las organizaciones públicas encontramos
que los incentivos que encuentran los políticos para priorizar una
reforma en el ámbito administrativo son muy débiles, especialmente
porque su éxito es remoto en tiempo y posibilidades y la valoración
del ciudadano va a ser muy baja cuando no nula.
De esta forma podríamos pensar en líderes en forma de directivos
"ideales" que serían aquellos capaces de aglutinar al
máximo nivel tres capacidades: formulación y diseño de políticas
públicas, gestión interna para poner la maquinaria administrativa
en marcha y consecución de un entorno que autorice, apoye, tolere o
favorezca la implantación de la estrategia definida.
Por otra parte, las organizaciones en general, y las públicas en
particular, están sometidas en estos tiempos a varios efectos
concurrentes. Por una parte, el creciente valor de las personas y la
proliferación de redes tenderán a deslocalizar el conocimiento y el
poder. Por otra, se plantean nuevas demandas en el capítulo de las
habilidades: escuchar, convencer, conversar, interactuar, cohesionar,
ejemplificar, transparencia, inquietud y curiosidad permanente.
Es obvio que aglutinar en una o pocas personas todo lo anterior es
un ideal que está lejos de existir. Podríamos, sin embargo, hablar
de un óptimo en forma de liderazgo compartido y distribuido entre
las diferentes personas que componen los equipos políticos y
profesionales: líderes maestros, capaces de inculcar y fomentar la
predisposición para que todos sepan qué aportar en un proyecto
determinado; líderes que escuchen y generen cauces adecuados para la
gestión del conocimiento como vía para estimular el aprendizaje
organizativo; líderes que puedan producir micro-innovaciones en
pequeñas actividades del día a día al servicio de los ciudadanos.
Líderes, a todos los niveles, capaces de llevarnos hacia una
Administración pública inteligente en la sociedad del riesgo y del
conocimiento que marca este comienzo del siglo XXI.
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Para solucionar los problemas de liderazgo Villoria y del Pino (1997) dieron algunas propuestas:
ResponderEliminar-Desarrollar la estrategia en cooperación con los agentes y actores críticos.
-Liderar con el ejemplo.
-Proponer y desarrollar acciones innovadoras.
-Compartir información con los empleados y fomentar su participación.
Creo que despúes de casí 15 años de estas propuestas todabía no se han implatado en la administración.