lunes, 19 de noviembre de 2012

Reflexión personal sobre la preocupación de la empresa con respecto a las expectativas de los empleados. Realizada por Jime Jiménez Falcón.

Una empresa que se precie de moderna, actual, emprendedora, competitiva, e incluso de tradición, no puede concebirse a sí misma sin una visión que la oriente hacia el destino que ella misma se ha propuesto.
Sin la visión la empresa no tendría un destino adonde llegar , solo habría incertidumbre, azar, anarquía y desorden. Pero pensar que solo las empresas requieren de una visión es utópico.
Es normal que los empleados al iniciar sus labores en la empresa sepan cuál es la visión de ella, hacia dónde se dirige, lo que espera ser y lograr; incluso se pretende que no solo conozcan la misión, sino que la adopten como propia y se comprometan a hacerla posible durante su permanencia en la organización, pues se entiende que el esfuerzo conjunto y coordinado será muy importante para el alcance de esa visión, y eso está bien.
Lo que no está bien es que la empresa, se preocupe más por hacer que sus empleados o colaboradores conozcan su sueño que por conocer los que, de manera individual, cada uno de ellos tiene y desea cumplir.
Las empresas no se crean para satisfacer las espectativas y los sueños de los empleados, pero si los tiene en cuenta y el empleado se encuentra agusto y motivado, trabajara mucho más y mejor y esto ayudará a que la empresa también consiga llegar a su fin.
Las empresas donde no se tiene esto en cuenta no funcionan bien devido a que el alma y el motor de una empresa son los trabajadores y si estos no se encuentran agustos el motor puede fallar, incluso llegar a pararse.
Los sueños de los empleados son variados, pueden ser muy simples o muy elaborados, si bien como empresa no se está obligado a hacerlos realidad, no se pierde nada ofreciendo mecanismos, facilidades, oportunidades y medios que ayuden a los empleados, colaboradores o socios a alcanzarlos. Es sencillo, si el empleado se siente realizado y feliz, trabajará con comodidad y esmero; ello se traducirá en ventas de productos y servicios de alta calidad, lo que a su vez atraerá clientes y mantendrá  a los que se poseen; eso se traduce en ganancias, permanencia y liderazgo para la empresa y todo, todo ello, por servir de medio para alcanzar sueños que, a fin de cuentas, no le ha costado nada a la empresa.

1 comentario:

  1. Es cierto que el motor, lo que hace funcionar a una entidad son las personas que trabajan para ella, desde el máximo dirigente hasta el trabajador mas humilde, y cierto es que sin alguien que les proporciones una buena motivación difícilmente rindan al 100% de sus posibilidades, entonces dicha entidad no marcharía tan bien como debería, o se espera.

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