martes, 20 de noviembre de 2012

El valor de un jefe: son de media un 75% más productivos que sus trabajadores


Noticia publicada por: Elena Cartes Gutierrez
¿Para qué sirven los jefes? La pregunta parece evidente, pero no lo es tanto. De acuerdo, su papel es clave: pueden contratar, despedir, asignar tareas, instruir y motivar a sus trabajadores, pero esto por sí sólo no sirve de nada. ¿Qué es lo que aportan realmente a la empresa? ¿En qué medida su presencia hace que un grupo de trabajo sea de verdad más productivo? Al fin y al cabo, esta debería ser la principal razón de su existencia.
Se ha hablado mucho del papel del CEO, responsable último de un negocio y, en la mayoría casos, persona decisiva en el devenir de la empresa. Pero, aunque parezca mentira, hay muy poca gente que haya estudiado cuál es el valor real del resto de mandos, de las personas que realmente dirigen los equipos. Esto es precisamente lo que se han propuesto los profesores Edward P. Lazear y Kathryn L. Shaw, de la escuela de negocios de Standford, y Christopher T. Stanton, de la escuela de negocios David Eccles, en su estudio The Value of Bosses (“El valor de los jefes”)
Los investigadores han analizado la productividad de una gran empresa del ámbito tecnológico (cuya identidad permanece en el anonimato), en la que se podía medir fácilmente cuánto rendía cada trabajador, dado que todo el trabajo se realizaba a través de ordenadores. Tras cotejar los datos han llegado a la conclusión de que los jefes juegan un papel muy  importante en el desempeño general de una empresa y la elección de uno u otro puede ser decisiva para optimizar la productividad de los trabajadores.Según el estudio, si tras medir la calidad de los jefes de una empresa remplazáramos uno de los que están en el 10% inferior por uno situado en el 10% superior, el efecto que tendría sobre la productividad equivaldría a contratar a un nuevo trabajador para un equipo de nueve personas. “Si se normalizan los datos”, cuentan los investigadores en el estudio, “esto implica que un jefe medio es aproximadamente un 75% más productivo que un trabajador medio”. Lo que está en consonancia, según el estudio, con la diferencia de salario que hay entre unos y otros.
Enseñar a los trabajadores, la principal tarea de un jefe
Que cambiar a un jefe malo por uno bueno sea beneficioso para la empresa no parece un gran descubrimiento, pero los otros dos hallazgos del estudio tienen bastante más enjundia. Según los investigadores, el impacto de los jefes sobre la productividad final no viene del trabajo de motivación o supervisión sobre los empleados, sino del hecho de que pueden enseñarles métodos de trabajo que no conocían y que les hacen ser más productivos. Cerca de dos tercios del aumento de productividad que se experimenta si se trabaja con un buen supervisor se sigue notando en el empleado aunque este tenga nuevos jefes, eso sí, acaba decayendo con el tiempo. Después de seis meses sólo permanece el 18% del aumento de rendimiento.
Otro de los hallazgos del análisis reside en la identificación de los equipos en que deben estar los mejores jefes. Al contrario de lo que se podría pensar, la mejor estrategia no reside en asignar los mejores jefes a los peores trabajadores, con la idea de que estos mejoren, sino juntarlos con los mejores empleados ya que, según se explica en el estudio, los trabajadores aumentan su rendimiento al trabajar con los supervisores estrella, y con esta ecuación es con la que se logra la mayor productividad.
Este modelo, advierten los investigadores, sólo puede ser aplicado de momento a empresas en los que el producto final sea objetivamente mensurable. Es decir, serviría para aumentar la producción en call centers, fábricas o agentes de compras, no tanto en otras empresas donde la calidad del producto final sólo pueda ser valorada en términos subjetivos. Pese a esto, aseguran, los directivos deberían prestar más atención a los mandos intermedios, y no verlos como un elemento rutinario de eficiencia. Los jefes buenos, en cualquier caso y en cualquier ámbito, son aquellos que logran que sus empleados mejoren, y eso sólo puede lograrse a través de la enseñanza,  no a través de la simple supervisión.



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