miércoles, 21 de noviembre de 2012

Reflexión personal. Las estrategias de motivación externa.


Noticia publicada por Raquel Simancas.

No hay un concepto establecido para definir la motivación, pero podemos simplificarla en tres rasgos comunes: 1) se trata de un proceso; 2) existe algo que impulsa o pone en marcha dicho proceso y; 3) la consecuencia de todo ellos es una conducta.
Podemos encontrar dos tipos de estrategias de motivación, la interna y la externa. En éste último caso, se trata del uso de factores motivacionales ajenos al trabajo en sí. Se puede y se debe hacer uso del conjunto de recompensas externas que tiene a su disposición la empresa o Administración Pública.
Para que las estrategias funcionen, la empresa deberá analizar a sus trabajadores, y a partir de ahí crear la estrategia más beneficiosa para ellos, dependiendo de las necesidades mayoritarias del grupo. Por ejemplo, si en la empresa encontrásemos a un grupo significativo de trabajadores con hijos menores de tres años, a lo mejor le convendría crear a la empresa una guardería, o bien, proponer descuentos en ciertos establecimientos para los hijos de sus empleados. En nuestra Universidad se ofrece este tipo de servicio para su Comunidad Universitaria.
A contrario de lo mencionado anteriormente, si ese grupo estuviese compuesto en su mayoría por gente joven, sin cargas familiares, con ganas de crecer en la empresa,…  podría enfocar esa motivación hacia viajes de recompensa, hacia movilidad en sus puestos de trabajo,… en general, hacia los intereses que favorezcan a la mayoría.
Más ejemplos de incentivación externa por parte de la empresa privada, serían: los tickets descuentos para comer en determinados restaurantes, bares, etc. de esta manera, el trabajador no precisa movilizarse hasta su domicilio para comer, sino que tendría la posibilidad de comer cerca del puesto de trabajo y con ello tendría más tiempo de descanso; retribuciones económicas por alcanzar un proyecto,…
En el plano de la Administración Pública es un poco más complicado, no podrá retribuir a sus trabajadores de la misma manera que en una empresa privada, puesto que se rigen bajo un presupuesto. Además, de que esas retribuciones serían pagadas con dinero público y podría ser mal visto por la sociedad, por lo tanto, la Administración tendrá que desplegar sus incentivos con otro tipo de estrategias. Podemos encontrar un ejemplo de ese tipo en Renfe, que los familiares de esos empleados pagan un precio simbólico en los viajes que realice dentro de la empresa; o los trienios que reciben los funcionarios, por años de antigüedad.
En conclusión, creo que estas estrategias favorecen tanto a la empresa como a los trabajadores, ya que crea un ambiente muy positivo. 

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