vgallardo
La recuperación económica y nuestra competitividad
cómo país depende de un aspecto clave: la buena gestión de personas en la
administración pública. No es necesario ser un experto en gestión de RRHH para
percibir que hace falta un cambio en la gestión de nuestros
empleados públicos.
La función pública necesita una reforma. Pero esta
reforma, ahora tiene más urgencia. Porque ahora somos más críticos con
cualquier tipo de despilfarro, con aquello que pudiendo actuar como
dinamizador económico actúa como freno o no está optimizado. Y, es que todos
sabemos que lo público además de ser una fuente de gasto que debe estar optimizado
es, además, un factor de creación de riqueza, que debe servir para que nuestra
economía funcione de forma optima.
El elemento de fondo que hace más ineficiente a la
Administración Pública reside en que la Administración tiene una cultura poco
orientada al desempeño. La razón básica que se esgrime entre los expertos es
que los directivos públicos están muy limitados para tomar medidas para
promover el desarrollo y premiar el esfuerzo, flexibilizar y adaptar sus
organizaciones.Todo ello debido a unos sistemas de gestión anticuados de una
legislación anticuada.
David Osborne ya señaló hace más de una década y media
en su Reinventing the Governement en qué consiste el problema básico de
la administración pública. Su mensaje, con el que todos estaríamos de acuerdo,
es que la administración pública es el único sector de la sociedad que no se ha
visto en la necesidad de volver a reinventarse y que sus estructuras
burocráticas y sus formas de gestión deberían ser sustituidas por otras más
flexibles, creativas e innovadoras. Hablaba de la necesidad de un liderazgo
transformador en estas organizaciones como motor de la transformación.
Recientemente, otro libro de Linda Bilmes y un VP de
IBM W Scott Gould The People Factor: Strengthening America by investing in
public service está generando un elevado debate en los Estados Unidos de
América y nos da más pistas sobre los problemas de fondo de la gestión de lo
público. Se defiende que la inversión en los empleados del Sector Público ha
sido insuficiente y, debido a ello, se puede explicar incluso la crisis actual.
La tesis es que los funcionarios no están preparados
para el volumen y complejidad de las transacciones que deben realizar, sus
sistemas de gestión son viejos, falta liderazgo en la administración pública y
los perfiles que entran en ella no son los más adecuados para llevar a cabo las
acciones que se deben impulsar.
Se reivindica lo “público” como estratégico, pero
especialmente se reivindica al desarrollo de capital humano como un “activo
estratégico”. Las recetas son conocidas cuando se quiere mejorar cualquier
organización no pública: ¿Cómo se recluta? ¿Cómo se retribuye? ¿Cómo
se gestiona el desempeño? ¿Cómo se desarrolla a las personas? ¿Y cómo
podemos asegurar un verdadero liderazgo transformador en los mandos y
directivos?
En definitiva, se habla de la necesidad de introducir
expertos de RRHH dentro de la Administración pública y de introducir nuevas
formas de gestión e invertir en gestión. Las cifras de inversión necesarias
para estos autores son impresionantes y los ejemplos que ponen muy impactantes.
Pero, con independencia del país del que está escrito, parece un diagnóstico
obvio para cualquier administración pública, incluida la española.
Este debate parece más inteligente que criticar la
naturaleza “perezosa e inexplicablemente ineficiente de los funcionarios”
¿Por qué no hablamos más a menudo de cómo mejorar los sistemas de gestión
depersonas? Sólo hace falta un poco de valentía y dejar que el excelente
talento de las personas de nuestra administración pública surja.
La principal dificultad o nudo gordiano, y
aparentemente más difícil de cambiar, es un marco jurídico para que los
gestores puedan tener cierto margen de maniobra y puedan crear nuevas culturas
innovadoras. Pero, aquí se han hecho avances que debemos esperar que
fructifiquen. El EBEP, la ley 7/2007, de 12 de abril del Estatuto Básico
del Empleado Público, ha supuesto una oportunidad positiva en este sentido, ya
que fomenta un modelo de carrera horizontal en el que se valoran competencias y
rendimiento y se habla del papel del directivo público.
Hablar de Cultura innovadora en lo público implica un
cambio de paradigma que necesita de políticos, legisladores… pero,
sobretodo, de gestores que erradiquen la estructura burocrática tradicional, es
decir, necesita de funcionarios que sean líderes.
Administración Pública y liderazgo no son palabras
contrapuestas. Puede parecer que los “funcionarios” son unos señores con
aversión a palabras como cambio, eficiencia o motivación por los resultados de su
trabajo, pero lo cierto es que muchos gestores públicos están “orientados a la
acción”, tienen una motivación y convicción real por buscar la mejora continua
de sus organizaciones y por movilizar el talento de las personas.
Liderazgo transformador, entendido como aquel que es
necesario para realizar transformaciones difíciles, para obtener el mayor
talento desaprovechado de las organizaciones (que en las administraciones
públicas abunda) y poder conseguir la innovación mediante herramientas de
gestión del cambio, es la característica clave que deben desarrollar nuestros
gestores públicos.
Para ello, se necesitan herramientas retributivas y
otros factores motivacionales, que sí tienen los directivos de lo privado, se
necesita más desarrollo de las personas para eliminar ese “plus de
complejidad”, para que puedan actuar con más efectividad.
Hay un elevado consenso sobre la necesidad de una
administración pública de calidad, si queremos ser un país de calidad. Lo
privado no avanza sin lo público, ni tampoco lo hará nuestro bienestar social,
nuestra educación y tantos otros temas relevantes. Nuestra riqueza económica
depende de la calidad de servicio y de la eficiencia de nuestra administración,
apostemos por dar herramientas de gestión de personas y facilitar el liderazgo
de nuestros gestores público.
Fuente: Blog
Supervivencia directiva
http://supervivenciadirectiva.com/2010/01/09/liderazgo-transformador-para-funcionarios/#more-2046
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