Noticia publicada por Raquel Simancas Delgado.
Habitualmente, vemos los incentivos como la
zanahoria que se coloca ante nuestros ojos para invitarnos a continuar hacia
nuestro objetivo. Pero en realidad, los incentivos son mucho más: inspiración,
motivación y compromiso.
La motivación se ha convertido en un elemento
prioritario para las empresas. Los expertos aseguran que parte del secreto para
incentivar a los empleados y disminuir sus niveles de estrés está en aplicar
políticas de conciliación laboral y familiar, mantener un buen clima de trabajo
e incentivar a los empleados. No es extraño, por tanto, que cada vez se
desarrollen más programas de incentivos con el fin de reconocer el buen trabajo
de los empleados o estrechar los lazos con proveedores y clientes, sean
internos o externos.
Eso sí, pese a que el abanico de objetivos que se
marcan en cada empresa puede ser infinito —aumentar los beneficios o mejorar
los resultados, fidelizar a los clientes, reducir la rotación de la plantilla…
—, una de las tendencias que se han impuesto con más fuerza en 2011 es ligar
los salarios a la productividad.
El incentivo puede tratarse de algo real, como el
dinero, o simbólico. El reconocimiento empieza con una acción muy sencilla y
barata: transmitir al empleado la idea de que su trabajo es importante. A
partir de ahí, se puede poner en marcha un plan de incentivos con opciones
infinitas. Más allá del sueldo, los incentivos pueden llegar en forma de cash,
en comisiones, bonus, participaciones en los beneficios, etc. O a través de
otros beneficios no económicos que buscan causar un impacto positivo en sus
receptores.
Hay alternativas muy dispares. Los regalos, los
viajes, la formación o el apoyo a los trabajadores son algunas de ellas. El
soporte a la plantilla puede ofrecerse a través de diferentes programas:
programas recreativos, como las ventajas y descuentos en establecimientos
relacionados con el ocio; programas asistenciales que brinden cierta seguridad
y bienestar a los empleados, como las ayudas al cuidado de la familia o los
seguros médicos; o programas complementarios, es decir, los que hacen la vida
de los empleados un poco más sencilla a través de facilidades para el
transporte, el almuerzo, los horarios flexibles…
Los más deseados
Entre los trabajadores que reciben premios de forma
directa por su empresa, un 78% de ellos prefiere incentivos directos en forma
de premios, dinero o tarjetas regalo que les permitan elegir en qué quieren
invertir su gratificación, según un estudio de Ipsos recogido por Edenred.
Sin embargo, la mayoría de los empleados no goza de
este tipo de compensaciones, ni en forma de beneficios sociales ni de
incentivos puntuales, aunque un 86% de ellos desearía disponer de ellas. De
hecho, sólo el 47% de los trabajadores españoles piensa que su compañía les
reconoce su trabajo, según el Barómetro de clima laboral Edenred–IESE.
En definitiva, un sistema de incentivos ha de ser
justo con el esfuerzo realizado, motivador y que suponga un beneficio real para
el empleado. En los tiempos que corren, las soluciones que llegan “al bolsillo”
son las más valoradas, en forma de tarjetas regalo o de ayudas para el día a
día.
Fuente:
http://www.edenred.es/noticias/los-incentivos-se-reinventan-cash-vs-non-cash
Incentivar a los trabajadores es uno de los aspectos mas importantes dentro de una organización desde mi punto de vista, ya que las personas damos mas de nosotros mismos cuando nos sentimos motivados, bien por un aumento o recompensa salarial o por el simple hecho de ver reconocidos nuestros méritos y como ese esfuerzo tiene consecuencias positivas en el buen funcionamiento de nuestra área de trabajo. Si un empleado no recibe ningún incentivo por su trabajo realizado perderá motivación y esto llevará consigo una disminución del esfuerzo, y con ellos menos eficacia.
ResponderEliminarAún mas importancia tienen los incentivos en esta situación de crisis, donde las diferentes circunstancias que viven las personas debido a ella se refleja indudablemente en el desempeño de sus funciones laborales, ya que el estado de ánimo de las personas es también un aspecto clave.