REFLEXIÓN:
¿Es posible el liderazgo en la administración pública?
Las administraciones públicas vienen haciendo un esfuerzo
importante por acercar sus tradicionales “formas de hacer” a las nuevas
corrientes de gestión, en ello juega un papel muy importante la aplicación de
las nuevas tecnologías de la comunicación y la información y la creciente
preparación y especialización de su personal. Pero sigue encontrándose con un
gran hándicap como es la no existencia de un verdadero liderazgo.
No se trata aquí de que se haya acertado en la
descripción de los perfiles de liderazgo, amalgama de conductas y
comportamientos, ni tampoco en el acierto de las técnicas con los cuales se ha
de ejercer el liderazgo. Incluso si se supone que se ha sido capaz de implantar
un giro que la lleve a convertir los jefes en líderes tampoco se estaría
produciendo ese liderazgo. ¿Y por qué? Porque se parte de una idea parcial del
liderazgo entendiendo que éste es una simbiosis, por decirlo de alguna manera,
entre formación, comportamiento, conductas y técnicas, a la que podríamos
añadir en todo caso, la responsabilidad.
Pero se olvida de algo transcendental, como es la
consecución de resultados. Entiendo que liderazgo es la suma de habilidades más
resultados. En un caso ideal en el que el liderazgo cuente con las mejores
habilidades y competencias, éste sería vano si además, y desde un punto de
vista de la gestión, no consigue los resultados apetecidos. Quedaría como una
figura estática, sin movimiento. Esto nos lleva a plantearnos que para la
administración pública es tan importante, o incluso más, definir una estrategia
de acción que lleve aparejada los resultados a conseguir en cada ciclo de
gestión y acomodar a esos objetivos el perfil de líder y las habilidades
necesarias para alcanzar el éxito. Por eso no existe un verdadero liderazgo en
la administración pública, porque todavía no es posible juzgar y valorar la
acción de los responsables, no sólo por las cualidades que puedan desplegar en
el ejercicio de sus funciones sino por el nivel de cumplimiento de los
objetivos de la administración de que se trate.
Comentario realizado por Jorge González Guzmán.
ResponderEliminarEn cuestión de liderazgo, muchas personas suelen identificar este concepto con ciertas personas que hayan logrado una serie de resultados, pero lo que hoy día se pide es ciertamente complicado. Se necesitan personas con una destreza y una serie de cualidades o virtudes que cada vez es más complicado encontrar al líder como tal. Lo ideal sería una persona que haga que un grupo humano forme como un engranaje perfecto, donde saque lo mejor de cada uno de sus integrantes y éstos, rindiendo al máximo nivel posible, lograr cumplir con los objetivos marcados.
Claro que cada maestrillo tiene su librillo, y ahí nos encontramos con personas que guardan una percepción distinta sobre como debe liderar un grupo humano, y que case un líder con cada uno de los integrantes del grupo se antoja inabarcable y casi imposible. Por ello, el mejor equilibrio entre integrantes del grupo y líder podrían hacer que lleguen los resultados, pero es tan complejo que no siempre se cumple cual fórmula matemática, sino que consiste en algo a aspirar.