Hace ya un tiempo, hicimos un caso práctico en clase en el
cual se pedía que identificásemos qué estilo de gestión del conflicto se
correspondía con el caso en cuestión y aun siendo un caso teórico, acotado y
relativamente simple, nos fue complicado intuir y adivinar de qué estilo de
gestión se trataba.
La dificultad de encontrar y clasificar el tipo de gestión en
la vida real, desde mi punto de vista, resultaría casi imposible, es decir, no
creo que se pueda poner nombre ni delimitar un tipo de gestión, dada la complejidad
del comportamiento de las personas y su diversidad, por lo que me lleva a
pensar que este tipo de modelo de gestión, perdónenme los estudiosos de la
materia, no sirve de mucho (por lo menos para mí), al no poder, en la práctica
calificar de manera rotunda que tal tipo de gestión del conflicto se ha llevado
de una manera o de otra.
No sé si me he explicado con claridad, pero lo que me vengo a
referir es, que lo que a mí me gusta (creo que todos) y sé que es difícil, es estudiar algo y poder
ponerlo en práctica de manera directa en la vida real y creo que con este tipo
de modelo no me sería posible, de ahí mi crítica a este modelo.
Reflexión personal propuesta por; Juan Antonio Mendoza Blanco.
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