sábado, 14 de diciembre de 2013

EL PODER ANULA A LOS LÍDERES DE VERDAD

Reflexión personal:

MUCHAS VECES EL PODER ANULA A LOS LÍDERES DE VERDAD

Para mí, el líder verdadero es el líder que nace no el que se hace. Este es el líder que de forma innata tiene unas características que por sí mismas hacen que los demás quieran seguirlo, atrae por sí mismo.  Las personas,  de forma voluntaria, obedecen sus órdenes, porque son personas que tienen una psicología muy elevada y saben exactamente llevar las situaciones a su terreno siendo comprendido por los demás.   

Sin embargo hay personas que pretenden ser líder sin tener carisma de líder, a mi parecer, abundan más este tipo de líderes con conductas aprendidas, que no llegan a las personas, que aburren con sus discursos de libros, que coartan su verdadera conducta para dar a conocer a los demás una identidad falsa de su personalidad. Pero a veces, su verdadera conducta les delata porque no puede permanecer siempre oculta. Deben controlar la situación y  autocontrolarse ellos mismos. Esta tarea es tan difícil que les resulta muchas veces imposible de sobrellevar y es aquí donde aparecen los fallos más graves.

Debe ser muy difícil ser líder o intentar serlo sin nacer líder, porque la persona que nace líder puede mejorar y hacerse un mejor líder mediante la formación y experiencia pero el carisma es personal, no se aprende, se puede imitar pero esta imitación no es espontánea, no puede ser continua y permanente.

En la Administración pública hay muchísimos jefes o directivos jerárquicos con disfraz de líder a los cuales se obedecen por su posición pero no porque sus decisiones sean acertadas ni convincentes. Incluso me atrevo a decir que en el grupo de sus subordinados normalmente suele haber  personas mucho más cualificadas por sus características personales y formación para ser líder, las cuales no pueden sobrepasarse en sus comentarios para no dejar en evidencia al ficticio líder, ya que esto puede ser contraproducente para ellos mismos porque es el supuesto líder el que maneja el poder.

Estas creaciones de líderes pueden cometer muchísimos errores en la Administración Pública pero siempre tienen respaldo y aunque no hacen bien su trabajo son pocas veces las que son reemplazados.

Las organizaciones políticas deben tener verdaderos líderes, no creaciones de líderes asesorados,  ni imitación  del líder anterior y por supuesto, los líderes no deberían aferrarse tanto al sillón, deben saber dejar paso cuando hay un líder de verdad y sobre todo, lo que nunca deberían hacer mediante su poder es pisar al que viene con nuevas ideas, con ganas y con carisma de verdad. Los partidos deben tener un sistema de renovación más sano al que existe en la actualidad.
Con sistema sano me quiero referir a no utilizar el poder como medio de defensa estratégica para seguir manteniendo su posición de líder o imponer de forma que parezca democrática a personas manejables en la posición de líder, que permitan que el antiguo líder siga manejando desde fuera de la organización. Esta situación es extrapolable a otras organizaciones no políticas en las que los supuestos directivos líderes son simples marionetas de directivos antiguos.

Se necesitan más líderes de verdad, que atiendan a sus propias ideas, con iniciativa, con claridad, con proyección, con propio carisma, que se dejen aconsejar pero no manejar. EL PODER SIGUE ANULANDO A LOS LÍDERES DE VERDAD.


M.Carmen Escalona

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