LOS FUNCIONARIOS QUE CONOZCO.
Después de 25 años trabajando en
un Hospital, voy a contar como son los funcionarios que yo conozco, en el
sentido amplio de la palabra, quizás sería mejor decir empleado público.
Entran a las 8 de la mañana, (muchos
de ellos antes de las 7 o 7.30) empiezan a trabajar. Unos terminan informes,
pasan tratamientos; otros con su trabajo administrativo, poniendo códigos,
sacando listados, etc. A las 8.30 de la mañana la sesión clínica, reunión de
los facultativos, en la que se organiza el trabajo del día ¿Qué pacientes tenemos, quien se hace
responsables de los ingresos nuevo?. Otro día, comisión sobre casos clínicos
concretos, donde los casos son tratados por un grupo multidisciplinar, donde
cada cual aporta los conocimiento de su especialidad para tomar una decisión y
un procedimiento de actuación.
Después cada uno continúa con la
ejecución de su trabajo, los facultativos valoran a los pacientes, la enfermería se dedica a realizar a los
pacientes los procedimientos necesarios para sus cuidados y el personal no
sanitario (administrativos y celadores) es el que se encarga del apoyo para la
realización de todas las labores sanitarias.
Todos trabajan con dedicación y coordinación,
todos van al mismo objetivo EL PACIENTE. Todos intentan conseguir que el
paciente, dentro de su situación, se encuentre lo mejor posible. El trabajo es
un continuo que no tiene fin y que deja pocos momentos libres, a penas para
tomar café.
En todos los sitios cuece habas,
y siempre hay algún que otro personaje que no cumple ni siquiera con su
obligación. Pero por experiencia os digo, que realmente existe una clase de
persona que más allá de pensar en lo que le pagan, las horas que trabaja, etc. piensa
en lo que significa su trabajo, cuanto es el bien que realiza a los demás y lo
importante que es su labor dentro del grupo de trabajo y dentro de la
organización. Todo siempre con el mismo objetivo EL PACIENTE.
Las teorías sobre la motivación
de los empleados son fantásticas, muy elocuente y pueden ser muy reales en las
empresas privadas, pero en la organización donde yo trabajo, el objetivo es
esencialmente la lucha contra la enfermedad y la supervivencia. La motivación
para conseguir este objetivo no tiene nada que ver con retribuciones o con expectativas
individuales, no existe una motivación extrínseca o por lo menos no es la
principal.
Existe una motivación intrínseca, la satisfacción de curar a una persona o
mejorar su situación y conseguir que pueda llevar una vida dentro de la
normalidad. La única forma de potenciar esto, es la autonomía de los
profesionales y la disponibilidad de medios.
-
Autonomía: Desde el momento que se trata de
profesionales muy especializado, deben tener libertad suficiente para
desarrolla los conocimientos que poseen, este es su gran potencial. Su mayor
motivación es que les dejen aplicar sus conocimientos y desarrollarlos.
-
Los medios: Aparatos de últimas tecnología,
instrumental, productos sanitarios, recursos humanos, etc. Por supuesto si les
das medios suficientes para dedicarlo al objetivo, es como si le das madera al
carpintero. La no disponibilidad de medios significa la anulación de la
motivación.
La motivación de un empleado público debe ser la
satisfacción del trabajo bien hecho y las consecuencias que éste tiene sobre
los ciudadanos, éste es el objetivo principal, posteriormente ya podemos poner
los objetivos personales: promociones, retribuciones y todo lo demás.
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