JUSTICIA RETRIBUTIVA
La justicia retributiva en la Administración pública, uno de los puntos más peliagudos y a mi parecer uno de los que habría que abordar con urgencia para evitar
desigualdades claramente manifiestas.
Cuando las tablas de salarios de los
trabajadores no son tan claras ni transparentes y aparecen complementos opacos que diferencian notablemente el sueldo entre
trabajadores del mismo grupo se crea un mal ambiente difícil de reparar y ni
que decir tiene las remuneraciones de los superiores jerárquicos, los cuáles habría que analizar los criterios
y factores que afectan a sus desorbitados sueldos.
Si en la Administración pública cada
persona cobrara lo que le correspondiera “justamente”, se ahorraría muchísimo, hay muchos sueldos inflados sin justificación y
sin embargo otros que permanecen inmóviles siempre, por mucho que merezcan un
aumento.
Es complicado hablar de justicia
retributiva cuando los ex presidentes del
gobierno cobran de empresas privadas (Endesa, Gas Natural) y tienen pensiones
vitalicias. Es injusto que un ciudadano tenga que cotizar 35 años para acceder
a su jubilación y un diputado lo pueda hacer a los siete. Es injusto que los
club de fútbol puedan deber a Hacienda y a la Seguridad Social millones de
Euros. Es injusto que a los funcionarios se les quite una paga extra mientras
los políticos no tocan un ápice de su sueldo. Todas estas barbaridades y
muchas otras han enranciado el sistema. Sería de justicia que, de una vez, se
pudiera proteger al débil y censurar los
abusos de los poderosos, pero mientras todo esto siga pasando frente a
miradas impasibles nada cambiará.
La Justicia debería penalizar este enriquecimiento injusto y no
sartearlo. Se debería poner límites a
los sueldos y complementos, endurecer las medidas contra las resoluciones de
aumentos de sueldos injustificados, deberían estar prohibidos los dobles
sueldos o pensiones cuando se superase una cantidad. Todos los abusos deberían
ser perseguidos y sancionados.
De entre las personas competentes inmersas en el sistema ineficiente de la Administración Pública se
deben lanzar propuestas de cambios y
exigir la paralización inmediata del
atropello extralimitado de poder que se está cometiendo. Mientras esta
ilegalidad permitida no apacigüe y se extinga, seguirá permaneciendo entre los
ciudadanos y sobre todo entre los trabajadores de la Administración una gran
desmotivación e impotencia y un monumental sentimiento de incredulidad que provoca un gran descenso del rendimiento.
M.Carmen Escalona González
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