La Junta se prepara para acometer la reordenación de su plantilla –87.000 empleados– con el objetivo de "racionalizar" su estructura y mejorar la eficiencia de su funcionamiento. Según ha podido saber EL MUNDO, el Gobierno autonómico ha puesto en marcha una auditoría interna para concretar su "estructura óptima". Con esta medida, el Ejecutivo de Juan Vicente Herrera se adelanta a la reforma integral de la Administración, anunciada por Mariano Rajoy.
La Junta está llevando a cabo una auditoría interna, con medios propios, para valorar la carga de trabajo efectiva y la distribución de recursos humanos para atenderla, por centros de trabajo y departamentos. Los consejeros están distribuyendo informes entre sus jefes de sección y servicio para conocer cuánto personal tienen a su cargo, cuáles son sus funciones y el tiempo medio empleado en el desempeño de sus tareas.
El formulario que deben completar es específico según las materias que aborda cada Consejería y Dirección General. A modo de ejemplo, en servicios más puramente administrativos, los coordinadores deben concretar cuántos expedientes entran en cada ventanilla, el número de los resueltos y el tiempo dedicado a ello.
Los mismos indicadores se miden en el caso del personal que se dedica a la grabación de datos. En servicios de atención telefónica o presencial al ciudadano, la Junta estudia también si hay personal suficiente, en función de la carga de trabajo. En ningún caso son informes de fiscalización individual de cada empleado; de hecho, en ellos no figuran nombres ni apellidos. Tampoco se ciñen a situaciones coyunturales, puesto que los jefes de sección deben dar cuenta de la situación de cada departamento desde el año 2009.
Originalmente publicada el 8/11/2012 en http://www.elmundo.es/elmundo/2012/11/08/castillayleon/1352365066.html
Comentario realizado por José M. Ortega Arrones (4º G.A.P.)
ResponderEliminarMe parece correcto que como en cualquier Organización quiera medirse la productividad de los empleados públicos, pero dada la diversidad de trabajos que se realizan en la Administración y la complejidad de medir ese volumen de trabajo, se hace necesario buscar unos indicadores lo más objetivos posibles. Hay que tener en cuenta que a parte de los ejemplos mostrados en la noticia, existen muchos puestos de trabajo que tienen asignadas tareas mucho más “intelectuales” que otros más rutinarios y por tanto en los que son más difícil de medir esa productividad, además considero que debe introducirse conjuntamente otro indicador indispensable en la Administración, que busca como primer objetivo la consecución del interés general y no sólo la máxima rentabilidad, este indicador sería el de la calidad en el trabajo, pues todos estaremos de acuerdo en que no se trata simplemente de resolver más expedientes en menos tiempo de cualquier manera o de atender al mayor número de personas sin tener en cuenta la calidad de esa atención.