Uno de los principales problemas de la Administración Pública
es la debilidad y deslegitimación de los dirigentes políticos, los ciudadanos ven unos dirigentes débiles en
cuanto a la representación de las necesidades de los ciudadanos, esto desencadena
a la falta de orientación a las necesidades y expectativas de los ciudadanos de
los dirigentes. Estos dirigentes tienen unas expectativas diferentes que la de
los ciudadanos a los que representan.
En la actualidad también se está careciendo de darle una
valor a los público y a la satisfacción del bien común, queda reflejado en las privatizaciones
de entidades públicas como los hospitales privatizados en Madrid.
Quizás con este debate sobre la ética nos quedamos en las ramas o, dicho de otra manera, los árboles no nos dejan ver el bosque.
ResponderEliminarDecimos habitualmente y, por supuesto, solemnemente: “Los políticos están faltos de ética”, “son unos corruptos” y, por ende, “la Administración Pública que ellos dirigen está corrupta”, etcétera…
Por qué siempre hablamos de los políticos o la política en abstracto? Quiénes son los políticos? Son acaso seres extraños disfrazados de humanos? o, individuos integrantes de la sociedad elegidos por la misma para que los represente? Esta última interrogante, a mi modesto entender, es la clave: LA SOCIEDAD.
Como vimos en el último tema del primer bloque de nuestra asignatura, ética es “aquella disciplina del conocimiento que estudia las actitudes y costumbres del ser humano, clasificándolas en virtudes y vicios… con el fin de formar el carácter de los hombres…”
Pues bien, creo que tenemos que hacer un profundo ejercicio de autocrítica. Algo falla en la sociedad. No son elementos ajenos a la misma los que criticamos continuamente. Nuestros pilares no son tan consistentes como creíamos…
En definitiva, para terminar con esta reflexión, considero que tendríamos que promover, con carácter de urgencia, la implantación en esos pilares que antes decía, que no son otros que la educación que recibimos desde nuestro nacimiento, de valores éticos que nos haga adoptar “un profundo cambio de concepción, de actitud psíquica, de mentalidad, que impida pensamientos corruptos”.